Yago Montero García es socio del equipo con solo siete meses de edad
29 ago 2011 . Actualizado a las 11:24 h.El pequeño Yago tiene solo siete meses. Sin embargo, a su edad, ya aporta su granito de arena a la consolidación de un proyecto que hace soñar a parte de la ciudad, y que pretende despertar a los que continúan aletargados. Yago es socio de pleno derecho de la SD Compostela. Su nombre plasmado en un pequeño carné, que se hace grande en sus manos, así lo demuestra. Forma parte de la parroquia blanquiazul. Es el benjamín de la familia.
No podrá asistir a muchos de los partidos que dispute su equipo durante esta temporada. Vive en Windsor, una pequeña ciudad residencial al oeste de Londres, y claro, San Lázaro le pilla un poco lejos.
La idea de hacerse un carné fue de su padre, Juan Carlos Montero Manteiga, y contó con el visto bueno de su madre, Aida García Alvela, dos vecinos del Ensanche que se están ganando la vida en las islas británicas. «Quisimos contribuir. Nos hace ilusión el nuevo proyecto», dice Juan. «Además, así evitamos que los familiares sigan mareando al niño. Unos quieren que sea del Barça, otros del Madrid? Yago es del Compos», zanja.
Juan es un hincha del Compostela de los pies a la cabeza que lleva 11 años trabajando en Londres como informático. Hasta el momento de cerrar las maletas fue socio del club y sigue la actualidad del equipo todas las semanas. Aida lleva algo más de 5 años en Inglaterra. Trabaja como auditora del gigante tecnológico Sony. También fue socia del Compostela. «Iba con mi familia a la grada de Preferencia. Nos lo pasábamos muy bien», recuerda.
Vienen con frecuencia
Como buenos gallegos, a medio plazo tienen pensado volver, pero de momento se encuentran cómodos en Inglaterra. «Con los vuelos directos venimos a menudo. No notamos la distancia. Es como si estuviésemos viviendo en Madrid o en Barcelona», dice Juan. «Además, en este momento, las cosas no están muy bien aquí», apuntilla su pareja. Sus vínculos con la ciudad son fuertes. Ambos tienen aquí familiares y amigos y se acercan siempre que pueden. Además, ahora tienen una nueva excusa, ya que aseguran que vendrán a algún partido. «Haremos para que coincida», dice Juan, más en serio que en broma.
Juan sufrió desde la distancia los últimos tropezones del equipo, pero también disfrutó de la época dorada sentado en los asientos rojos del Multiusos. Cuando hace memoria, se emociona. «El año en el que quedamos subcampeones de invierno? Vaya temporada. El equipo jugaba de maravilla. No logro recordar quién había quedado por delante al acabar la primera vuelta», dice mientras ordena datos en su cabeza en busca del conjunto que le robó el título honorífico a la escuadra de Fernando Vázquez.
Juan, además de animar desde las gradas, también contribuyó a defender los colores del Compostela sobre el césped jugando en su equipo de juveniles. Espera que su hijo algún día también forme parte de la cantera blanquiazul. «Lo hago socio, pero en unos años jugará en las categorías inferiores», dice. «Más tarde, ya se verá».
Este año está ilusionado. Cree que el Compos se merece otro lugar más noble que la Preferente y está convencido de que llegó el momento de arrancar. «No te digo a Primera, pero al menos a Segunda B», dice, realista.
Mañana debuta su equipo en Asados contra el Unión. Juan, Aida y el pequeño Yago animarán desde la distancia.