El presidente del club blanco calla, pero empieza a estar harto del egocentrismo de su técnico
05 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Con José Mourinho no hay descanso en la casa blanca. El entrenador portugués tensó todavía más la cuerda con Florentino Pérez después de la goleada del Real Madrid ante el Málaga en el Santiago Bernabéu. Al técnico luso le sentó mal que el presidente de la entidad merengue le hiciera saber que se equivocó al despreciar al club andaluz en la víspera del partido y por eso le lanzó al directivo un par de mensajes desafiantes después del encuentro.
«Florentino le pidió a Mourinho que se moderara, que en su próxima rueda de prensa [ante el Málaga] hablara conforme a los valores y la imagen del club», aseguró a la agencia DPA una fuente de la directiva que pidió mantenerse en el anonimato. Mourinho usó un tono más sosegado de lo habitual. Su voz fue casi un susurro. Su garganta, por momentos un nudo. Pero el fondo de su mensaje fue incluso más duro que en sus comparecencias anteriores.
Ironía con el señorío
Cuando le preguntaron por el calendario de la Liga, volvió a quejarse de forma bastante clara de la política de silencio que mantiene el Real Madrid. «No quiero perder más tiempo hablando de eso. Quien tiene el poder hace lo que quiere. Por el señorío del club no debemos denunciar más cosas. Todos calladitos, que estamos mejor así», espetó. Lanzó su ironía con uno de los valores que los merengues siempre quieren asociar a su estilo y su historia, el señorío. Y, además, dijo tener información de que jugará el miércoles en Liga de Campeones contra el Olympique de Lyon y el sábado en el campeonato liguero ante el Atlético de Madrid. Otra venda previa a la herida.
Flirtea de nuevo con su marcha
Por segunda vez, Mourinho habló de su posible adiós a final de temporada si en el Madrid no comparten su forma de actuar: «Si la gente no está contenta conmigo, todo es muy fácil: me voy. Amigos para siempre, y algún día volveré como entrenador de otro equipo».
La situación de Mourinho hasta ahora ha sido la inversa a la de su predecesor, el chileno Manuel Pellegrini, al que acaba de triturar con un 7-0 en el Bernabéu: el chileno solo podía hablar con Valdano, porque Florentino Pérez, el presidente, le había bajado el pulgar. La diferencia es que Mourinho es mucho más poderoso y consiguió ganar el pulso a Valdano. El número dos del Madrid no acude a los entrenamientos, no baja al vestuario ni viaja con el equipo.
Iker Casillas salió en defensa de su técnico. «Dice lo que piensa y es el capitán del barco. Tenemos que apoyarlo en todo lo que diga», comentó el guardameta merengue. Y Zlatan Ibrahimovic mostró su admiración por el portugués desde Italia, donde está viviendo con el Milan otra etapa dulce. «Yo creo que Mourinho es como yo. Quiere probar siempre nuevos estímulos y ganar. Para ser siempre el número uno», aseguró en declaraciones a La Gazzetta dello Sport el genial y díscolo delantero, que no entró en sintonía con Pep Guardiola en el Barça.
De momento, mientras casi todos hablan y hablan, el presidente blanco sigue callando. Florentino Pérez se mantiene ajeno a todas las variadas polémicas que azotan a su club. Pero empieza a estar harto del egocentrismo de un entrenador con el que lanzó su mayor apuesta.