José Luis Blanco se llevó el bronce en los 3.000 obstáculos de la manera más inteligente. La carrera se rompió en un par de vueltas cuando los dos franceses -muy superiores al resto- se marcharon en solitario. Mekhissi y Tahri hicieron su carrera, y el resto la suya.
Y en ese segundo grupo el atleta de Lloret de Mar fue el más listo. Comenzó atrás, remontó hasta la séptima plaza y en las dos últimas vueltas pegó un par de hachazos que le permitieron alcanzar el bronce.
Blanco no tuvo ni que forzar para salir de la ría triunfante, sino que lo hizo en un obstáculo anterior para poner imposible la remontada para el rumano Luchianov. El catalán ya había sido plata en la misma prueba cuatro años atrás, pero ahora el podio estaba mucho más caro. «He ido calculando detrás pero he ido para adelante. Seguir a los franceses era imposible así que he apostado por otra táctica».
Con respecto a la última vuelta comentó que «ha sido una última vuelta increíble, apoteósica con el estadio vibrando a tope, hasta el punto de que el último obstáculo lo veía doble, tenía miedo de caerme, porque parecía que se movía el estadio, con tanta gente. Llegar a la meta ha sido una sensación inmensa».
Eliseo Martín, finalista
Por su parte el aragonés Eliseo Martín, a sus 37 años, fue capaz de alcanzar plaza de finalista al entrar en el octavo puesto. Quizás el mejor colofón para despedirse de la élite.