La recuperación de la zaga celeste se somete a un duro examen ante el mejor ataque de toda la categoría
27 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El Celta visita al líder sin complejos. Con la intención de tutear al Hércules en el Rico Pérez. Porque al margen de la manida igualada existente en la Segunda División, los vigueses se juegan tanto como el primero de la fila. Para el equipo de Esteban Vigo mantener el liderato depende del desenlace de la cita, pero para Eusebio el triunfo equivale a un poco más de oxígeno en la lucha por la supervivencia. Un revés, aunque sea frente al mejor equipo de la categoría, pondría a los gallegos en riesgo de entrar en zona de descenso al final de la jornada.
Los vigueses repetirán la apuesta de la semana pasada en casa. Por segunda vez Eusebio Sacristán mantendrá el mismo once y seguro que idéntica filosofía. El giro al pragmatismo incluye fe ciega en el sistema defensivo -que ha crecido como la espuma en esta segunda parte del campeonato- y un fútbol más directo en busca de la definición de Papadopoulos y Joselu, el delantero más en forma de los vigueses que ayer ha recibido de nuevo la llamada de la selección sub 21.
El reto para los vigueses es mayúsculo. El Hércules fue el equipo más serio que pasó por Balaídos en toda la primera vuelta y el que ganó con más claridad. Por encima, sus números son de hemeroteca. El máximo goleador de la categoría, el menos goleado y con once victorias de trece posibles como local. Solo Castellón y Murcia salieron vivos, pero aunque ambos sean compañeros de penurias del conjunto vigués, ninguno de los dos juega a lo mismo que el Celta. Aún dentro de su giro estratégico, los celestes seguirán disputando el control de partido y el manejo de balón, en teoría la mejor manera de anular las arrobas de pólvora del cuadro de Esteban Vigo.
Un punto a favor de los vigueses es el cuadro de ansiedad en el que ha entrado el entorno del líder. Los herculanos siguen sumando, pero encajan más y han bajado en sus prestaciones futbolísticas, lo que ha sembrado una especie de alarma en la que pudiera pescar el colectivo de Eusebio, que acude con menos presión a la cita aunque con idénticas obligaciones. Ya no solo por historia, sino por necesidad. Porque hasta que el Celta sea capaz de encadenar una serie de resultados positivos no logrará soltar amarras con respecto a la zona de descenso. Además, un segundo éxito consecutivo sería todo un refrendo moral de cara al último tercio de competición que se avecina.
Para la contienda de esta tarde el Hércules no podrá contar con Francisco Peña, Sergio Alejandro Díaz, Manuel Ruz y el ex céltico Edu Moya y el delantero Ionel Danciulescu, pero por contra recupera al central Sergio Rodríguez, uno de los mariscales de campo de Esteban Vigo, el único técnico que puede ascender dos temporadas consecutivas a Primera.
La campaña pasada la visita del Celta al Rico Pérez estuvo marcada por la tensión del último mes de competición, pero aunque ahora el panorama sea el mismo la presión es mucho menor. Se palpa que todavía a la Liga le queda un amplio recorrido por delante. Aunque al Celta ya le urge comenzar a hacer sus deberes. Por cierto, muy poco exigentes.