Los últimos encuentros han confirmado que los rivales de los rojiblancos dirigen sus principales empeños en atascar la circulación del balón en el entramado de Setién
24 feb 2010 . Actualizado a las 13:51 h.Si una parcela del entramado del Lugo ha recibido más elogios que el resto desde que comenzó la temporada, esa es la que ocupan los mediocentros. Marcos y Seoane, llegados este curso, han centrado la atención. Y sus propios compañeros han certificado en repetidas ocasiones su trascendencia en el despliegue de su fútbol. Hilos conductores, corazón del equipo, no es de extrañar que, con una vuelta ya quemada, y con siete jornadas de la segunda transcurridas, sus adversarios no hayan dejado escapar ese detalle. Por eso lanzan sus ofensivas contra los pivotes, sometidos a una atención especial.
«Los rivales nos conocen de sobra, nos tapan la circulación por dentro e impiden que desarrollemos nuestro juego», dice Escalona. Desde su posición, el meta tiene una visión privilegiada de lo que sucede. Los contrarios aprietan, y detalles que antes eran habituales, como que el portero sacase en corto hacia una banda, o a los centrales, resultan más complicados de ver. «No nos permiten hacerlo», comenta uno de los protagonistas, Fernando Seoane, aunque para él, tal situación, que se vivió sobre todo en los dos últimos encuentros (Miranda y Estella), «no puede servir de excusa».
«Ponerse el mono de trabajo»
«Por Marcos y Seoane pasaba toda la circulación del equipo», insiste Escalona, que reconoce que los demás se fijaron en tal situación y tratan de aprovecharla en perjuicio del Lugo. Para él, solo habría una solución posible, que pasa por ponerse el «mono de trabajo» y busca alternativas a la salida del balón.
Y en la posibilidad de hallar un camino diferente se centra también Seoane: «Si nos aprietan más a unos, dejarán a otros compañeros más libres. Hay que adaptarse». Pero ese inicio del juego en corto es uno de los principios fundamentales del ideario de Quique Setién. Darle una vuelta, ¿sería traicionarlos?
El medio santiagués apuesta por otras claves para entender el bache de resultados del equipo, que se ha tornado de juego en los dos últimos encuentros y ha minado en parte el ánimo de unos futbolistas que esperan aprovechar la tregua que les han concedido el resto de rivales (se aprieta la clasificación), para recuperar el tino y el rumbo clasificatorio. «Estamos fallando arriba y atrás. No concedemos muchas ocasiones, pero las están aprovechando», dice. O lo que es lo mismo, vuelven los males iniciales, que parecían haber quedado superados.