Cuatro victorias en 23 jornadas en la LEB Oro. El penúltimo clasificado tiene tres triunfos más. Es la realidad demoledora del Kics Ciudad de Vigo, un equipo que parece condenado al descenso irremisible.
Sin embargo los jugadores apelan a su orgullo, a su amor propio, y aseguran que no tiran la toalla y no se van a dar por descendidos mientras haya posibilidades de salvación. Sus opciones más sencillas pasan por superar al Tarragona, que aún tiene que pasar por Vigo, y como penúltimos jugar el play off por la permanencia.
La plantilla está convencida de que han dado el nivel de juego suficiente para ganarle a cualquier, pero han fallado en múltiples finales apretados, con prórrogas incluidas, aunque también le han ganado al líder, el Melilla, o a un rival de la talla del Breogán.
«Vamos a jugar cada partido como si fuese el último, una final», comenta el base Mario Díez. Está convencido de que «la moneda tendrá que caer de nuestro lado en algún momento». Su compañero Alberto Galarreta comenta que lo que les queda es «salir a intentar ganar cada partido de los once que nos quedan, ahora mismo no valen para nada las lamentaciones».
En la situación actual, opinan que lo mejor es aislarse de la realidad de su situación y centrarse en hacer su trabajo dándolo todo. «Mirar a la tabla no nos sirve de nada, sabemos que estamos jugando bien y en eso es en lo que tenemos que pensar cada vez que salgamos a la cancha», señala Mario Díez.
El base leonés destaca que lo único que pueden hacer es «tratar de sacar adelante lo nuestro, y después a ver si los demás pinchan o no, ya no está en nuestra mano, pero al menos no podemos bajar los brazos y seguir intentándolo». El alero Galarreta, por su parte, está convencido de que les queda «el último cartucho». El riojano insiste en que «la toalla la tiran los perdedores, y nosotros no lo somos, la competición es muy igualada y cualquier puede ganar a cualquiera».
Las dos últimas derrotas han sido contra rivales directos de la zona, por lo que se les escapó una oportunidad muy buena, por eso ahora tienen que pensar en que le pueden ganar a cualquier.
Los finales apretados
Una de las lecciones que tienen que sacar los jugadores del Ciudad de Vigo es perder el miedo a los finales apretados y afrontarlos con confianza en sus posibilidades. «Ha habido resultados apretados, pero hemos demostrado que somos competitivos, tan mal no lo estamos haciendo», dice Galarreta.
Mario Díez admite que tras repetirse varias derrotas en partidos controlados en esos minutos finales, el último el pasado domingo, «inconscientemente puede aparecer un exceso de responsabilidad en esos momentos, peor estamos trabajando para superarlo», asegura.
Quedan once partido y el margen de error es casi inexistente. Tienen que empezar a ganar, sin ir más lejos el sábado a las nueve de la noche en As Travesas contra La Palma.