El primer gran torneo del año expone a Nadal y Federer de nuevo ante el empuje de un puñado de aspirantes a romper su hegemonía
17 ene 2010 . Actualizado a las 03:26 h.Rafa Nadal abrazaba el trofeo del Abierto de Australia con gesto serio, Roger Federer no conseguía contener su llanto tras otra derrota frente a su rival más incómodo, y leyendas como Rod Laver asistían conmovidos a un drama que forma parte de la historia del tenis desde hace doce meses. El primer gran torneo del año regresa en la madrugada del lunes ( Canal + Eventos y Eurosport ) con un puñado de aspirantes a romper el dominio que el español y el suizo, los dos gigantes del tenis actual, ejercen desde hace tiempo. Pero, pese a la irrupción de nuevos talentos y a la presión que conlleva aguantar en la cumbre, solo el triunfo de Novak Djokovic en Melbourne en el 2008 y de Juan Martín del Potro en el último US Open rompieron su alternancia en las citas del Grand Slam.
Nadal defiende el título en plena reacción después de seis meses difíciles, de falta de confianza, de resultados que alimentaban las dudas, de inseguridad por un pasado marcado por su portentoso y a la vez achacoso físico. Debuta la próxima madrugada (no antes de las cinco) contra el australiano Peter Luczak.
La paternidad y los éxitos
Federer, que se dejó el título del último US Open después de ir dominando con un recital, no luce grandes triunfos desde que estrenó paternidad en verano. A Melbourne viajó con su mujer, Mirka Vavrinec, y sus gemelas Myla y Charlene. Y entró a valorar la anécdota de su falta de éxitos reciente, unida al dato de que desde 1980 solo ocho jugadores lograron títulos del Grand Slam tras tener hijos: «Siempre se especula cuando tienes familia, porque si echas un vistazo a la historia encontrarás algunos jugadores que no ganaban cuando la tenían. Pero el hambre permanece y estoy trabajando tan duro como lo hacía antes y no como si fuera una niñera».
Así que, a partir de las dudas de Federer y Nadal, y pese a que se repartieron tres de los cuatro grandes del 2009, no faltan voces que anuncian el fin del duopolio. El pelotón de aspirantes se enfrenta al reto de demostrar que ahora va en serio.
El último en rebelarse contra la era de Federer y Nadal es un tipo calvo, versátil, que suma una década forjando una gran carrera. Medio año lleva Nikolay Davydenko construyendo su alternativa en silencio. Ganó a Nadal las finales de Shanghái y Doha, amargó a Federer en sus últimos duelos y venció en el torneo de maestros en Londres; pero ahora se enfrenta a un desafío mayúsculo, con partidos al mejor de cinco sets bajo el sofocante calor de Melbourne en el verano austral. ¿Resistirá? Él mismo tiene sus dudas por sus experiencias anteriores.
Djokovic y el calor
Paradojas del tenis, en Australia ganó Djokovic su único grande hace dos años, pese a sus achaques en los encuentros interminables bajo el sol, y sus abandonos cuando los partidos pintan feos. Número tres del mundo, pasan los años y no da el estirón que le sitúe a la altura de los dos mejores.
Con un futuro por delante, Andy Murray ya contó más que ahora, a la espera de que aproveche en las citas del Grand Slam la magia de su tenis versátil. De su misma generación, Del Potro reinó en septiembre en Nueva York, sobre una superficie casi idéntica a la de Melbourne, aunque unas molestias en la muñeca le frenaron después.
Jugadores y jugadores se postulan para la sorpresa anual de Australia: Soderling, Roddick, Verdasco, Tsonga... Pero aún son aspirantes a cambiar las cosas: Federer y Nadal, Nadal y Federer, el duelo eterno.