Hace solo unos días, Dani Quintana era el jugador de la semana en el Racing, después de marcar un gol precioso contra el Alavés. Ayer, abandonó el entrenamiento medio mareado, entre el dolor, el susto y la preocupación por la lesión que se le venía encima. «Estoy jodido, pero dentro de lo que cabe me encuentro bien».
-¿Cómo recuerda la jugada de la lesión?
-Recibí un balón y Garrido me empujó un poco, pero en absoluto me fracturé el peroné como consecuencia de eso. Yo pisé mal, el pie se me dobló y caí hacia adelante dejando todo el peso del cuerpo sobre el tobillo.
-¿En el momento ya se dio cuenta de que tenía algo grave?
-El susto fue mayor que el dolor, porque al lesionarme oí un crujido y me puse a gritar. Me asusté muchísimo por lo que podía tener, y luego se confirmó en las pruebas.
-¿Había tenido antes alguna lesión grave?
-Nunca, nunca tuve una lesión grave. Esta es la primera.
-¿Ya decidió si se va a operar?
-El médico de urgencias me comentó que, en principio, era mejor. Pero el jueves me verá el traumatólogo de Fremap y veremos. Yo haré lo que me digan que es mejor; si va a soldar mejor operándome, perfecto. No le tengo miedo al quirófano. Después, afrontaría un periodo de participación de entre tres y cuatro meses. Espero que no se alargue mucho.
-Nunca es buen momento para lesionarse, pero ahora tenía la confianza del entrenador y era titular.
-Sí, las lesiones nunca vienen bien. Pero podía ser peor si se produce a final de liga y sin estar jugando en la última parte de la temporada. Ahora tenía la confianza del míster, y es difícil ganarse un puesto en un equipo como este, que tiene muchos jugadores de calidad. Aunque no quiero ponerme a pensar ni a volverme loco. El hueso ya está roto y si me vuelvo loco va a seguir estando roto igual.
-¿Habrá recibido muchas llamadas ya de apoyo?
-Mis padres me llamaron hoy ya 50 veces para ver si me duele y saber cómo estoy. Porque encima mi novia viene mañana, que se fue de puente. Mis padres se ofrecieron para venir, pero igual me operan en Madrid, así que vamos a esperar.
-¿Tiene dolor?
-No, no. Tengo calmantes por si me duele, pero por ahora no los necesité. Sí es cierto que estoy algo incómodo porque no puedo llevar cosas en la mano al ir a la pata coja. Y el pie que me duele es el sano, de ir así todo el tiempo.
-Pasado el primer momento, ¿ya está más animado?
-Sí, no soy pesimista nunca. Intentaré recuperarme lo antes posible. Todavía soy joven y espero que el plazo sea menor de lo estipulado. Siempre dices que irás sin prisas, pero si puedo volver antes de lo previsto, mejor; sobre todo para estar en el vestuario, y sentirme parte del equipo lo antes posible.