La categoría reina del autocrós se llama kartcrós

V.?C.

DEPORTES

22 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La división en la que participan los kartcrós es la que más impresiona al público. Los monoplazas, de volantes y ruedas grandes, y de formas muy particulares, parecidas a la de los clásicos boogies, hicieron su aparición en Galicia a mediados de los años noventa, procedentes de Francia. Sus formas sinuosas, mezcladas con la rigurosidad de la competición, encandilaron desde un principio a los espectadores.

Aquí no hay difusores, porque su uso sería inútil, no solo porque la aerodinámica se rentabiliza realmente a velocidades superiores a 120 kilómetros por hora, sino porque aprovecharse de los rebufos no tiene mucha repercusión: el barro que recibe el monoplaza y la polvareda que se levanta impiden ver con claridad a los pilotos en los adelantamientos.

Participar con un coche de estas características supone una mayor dificultad deportiva que económica, siempre y cuando se pretenda sacar el máximo rendimiento al vehículo.

Precio

Sin duda, el precio es más fácil de asumir que en otras categorías o disciplinas. Conseguir uno kartcrós nuevo supone un desembolso de doce mil a quince mil euros, aproximadamente. Existen varias empresas en el territorio nacional, algunas en A Coruña, como Semog.

Pero, al menos en Galicia, el proceso para hacerse con una de estas máquinas suele ser diferente. El paso inicial es comprar el chasis (de tubo) y, a partir de ahí, vestir al bebé. Normalmente, piezas como el motor o las ruedas se buscan en los desguaces gallegos, a precios más módicos (un motor por tres mil euros, por ejemplo).

Motor

Un kartcrós posee un motor de moto de 600 c.??c., con una potencia de unos 120 CV. La velocidad que puede llegar a alcanzar dentro del Campeonato Gallego, se sitúa en torno a los 130 km/h. Esto solo se puede ver en el circuito de Arteixo, el más rápido de la competición.

Seguridad

Los monoplazas cumplen perfectamente con las medidas de seguridad reglamentarias. Al arco de seguridad del coche, con un sistema de barras que evita su deformación, hay que sumar un sistema de cortacorrientes y otro más de extinción, que se puede activar tanto desde dentro como desde fuera del vehículo.

Otras características

El peso mínimo con el que deben cumplir estos vehículos es de 310 kilos. Esta circunstancia es la que hace que la sensación de velocidad en los monoplazas sea mayor que en otros vehículos pues, aunque la velocidad punta no es la de un utilitario, su peso no llega a ser la tercera parte. Además, estos coches tienen que respetar unas dimensiones determinadas.

Los depósitos de combustible son hechos a medida. Los litros que caben de gasolina no superan los quince, pero no todos los monoplazas salen cargados para dar las vueltas a los circuitos.

La forma de estos coches de carreras está condicionada a la disposición de sus ruedas, más pequeñas delante que atrás. Luego, las características de estas ruedas pueden variar según marcas y compuestos. Su tracción trasera, unido al poco peso que presentan, provoca que estos monoplazas sean los que más derrapen, lo que garantiza la espectacularidad en cada carrera de cualquier campeonato.