Marta Souto escenifica un apoyo de la Xunta al Mundial 2018 pocos días antes de dejar su cargo
DEPORTES
A la misma hora en que se celebraba el acto de investidura del nuevo presidente de la Xunta de Galicia, la Dirección Xeral para o Deporte, dirigida por el BNG, fue escenario ayer de una sorprendente reunión a varias bandas, en la que Marta Souto (en breve ex responsable del deporte gallego) ejerció como anfitriona. En la misma se trató la posibilidad de que A Coruña o Vigo sean sedes de un hipotético Mundial de fútbol en España el año 2018. Para abordar el asunto acudieron a Santiago el presidente del Deportivo, el vicepresidente del Celta, Ricardo Barros, los concejales de Deportes de A Coruña y Vigo (Xan Martínez Cagigal y Xabier Alonso, respectivamente), y el presidente de la federación gallega de fútbol, Carlos Meana.
El encuentro sorprendió por su urgencia, toda vez que, según dijeron todas las partes, el plazo para presentar la candidatura concluye el 24 de abril y hasta esta semana nadie había promovido reunión alguna. Los asistentes estudiaron los pasos a seguir para tratar la posibilidad de que Galicia pueda ser sede en la candidatura conjunta que España y Portugal presentarán. Algunas fuentes consultadas dijeron que en el transcurso de la reunión los todavía responsables de Deportes (dejarán de serlo la próxima semana) anunciaron apoyo por parte de la Xunta.
Desde la Dirección Xeral se hizo hincapié en que la urgencia de esta reunión se debe al escaso plazo impuesto por la Española para la presentación de solicitudes (el 24 de abril). Sin embargo, nadie aclaró cuando marcó el plazo la federación. Además, señalaron que tiene que ser este organismo, que en breve dejará de dirigir Marta Souto, y la gallega quienes envíen la correspondiente documentación.
En las conversaciones, tanto el representante del Deportivo como el del Celta señalaron su interés en solicitar dos sedes diferentes, algo que parece casi imposible que la Federación Española acepte.
Un requisito indispensable para optar a ser sede, todo ello siempre y cuando la elija la candidatura de España, es el de tener un estadio con consideración de cinco estrellas y capacidad para por lo menos cuarenta mil espectadores. Ni Riazor ni Balaídos tiene tal aforo. En el caso del Deportivo, en Primera División, apenas cubre la mitad de sus asientos en cada encuentro. En Vigo, la entrada media es de apenas siete mil aficionados.
Desde hace tiempo, Lendoiro (para muchos el verdadero impulsor de la reunión) intenta que se le construya un estadio nuevo como solución a la gran deuda en la que su gestión ha sumido al Deportivo. La misma, según las cuentas presentadas por el propio Lendoiro en diciembre del pasado año, alcanza los 26.000 millones de pesetas.