El estreno de Maris Verpakovskis como titular en el Celta tuvo poco que ver con lo que se esperaba de su presencia en el equipo. Tenía que ser el apoyo para Dinei pero a los diez minutos cambió de pareja y se configuró un Ghilas-Maris inédito en esta temporada.
La lesión de Dinei
Que a los pocos minutos de partidos se lesione un jugador, nunca es bueno, pero si aún por encima es Dinei, menos aún. El Celta perdió casi de salida a sus dos atacantes de las últimas jornadas con la ausencia también por sanción de David Rodríguez. A pesar de eso, el Celta tenía la oportunidad de demostrar si tiene tanta plantilla como se dice.
Pepe Murcia eligió a dos jugadores que por un lado, ninguno de ellos es un atacante específico, y por otro, ambos podían padecer una falta de ritmo tras no recibir minutos con asiduidad desde hace mucho tiempo. Maris no había jugado nunca de inicio y sus apariciones fueron siempre esporádicas, mientras que Ghilas desde que fue sustituido en el descanso del partido ante el Las Palmas, hacía más de 40 días, no había vuelto a tener presencia alguna en el equipo.
La movilidad de ambos, con continuos cambios de posiciones, era su mejor forma de atacar a la defensa rival, pero al Celta le faltaba un pasador. Oubiña y Rosada solo eran recuperadores pero además al primero también le faltaban los minutos necesarios como al resto de sus compañeros.
El entrenador céltico debió entender que ante el colista era el momento de dar esos minutos que le faltaban a jugadores importantes de la plantilla para luego poder utilizarlos en el resto de la semana.
La ocasión más clara
Una gran jugada de Dani Abalo pudo hacer que Maris terminase con su condición de jugador por descubrir. La acción enseñó la peor cara del futbolista que falló un gol con todo a su favor. Los ánimos de Ghilas tras este error constituyeron el mejor detalle de su compañero.
El gol como recompensa
Ambos jugadores disputaron los 90 minutos pero no mostraron que juntos puedan rendir como se espera. El Celta fue el más inoperante. Sin embargo, el gol de Michu abrió paso al contragolpe. Ahí Ghilas sí puede hacer daño, y el argelino cerró su actuación con un gol.