Atrapado en el ojo del huracán

DEPORTES

El árbitro gallego Bernardino González Vázquez, al que el Madrid crucificó en el 2005, pitará el primer duelo liguero de los blancos tras sus críticas a los colegiados

29 oct 2008 . Actualizado a las 17:54 h.

Otra vez en ojo del huracán. El colegiado gallego Bernardino González Vázquez se ha convertido en un huésped habitual e involuntario de tempestades futbolísticas. El árbitro, que ya fue objeto de la ira del Real Madrid hace tres años, ha sido designado para dirigir el partido de Liga que el equipo blanco disputará el próximo fin de semana en Almería. De nuevo, González Vázquez regresa al centro de la escena. Justo después de que Pedja Mijatovic y Bernd Schuster denunciaran una campaña arbitral contra el equipo blanco.

La guerra de la casa blanca contra el ourensano se inició en abril del 2005. González Vázquez dirigió un Real Madrid-Villarreal. El equipo merengue venció por 2-1, pero por sus críticas al árbitro parecía como si hubiera encajado la mayor goleada de la historia del Bernabéu. Los madridistas protestaron un penalti señalado a favor de los visitantes, reclamaron varios para sí y no digirieron la expulsión de Zinedine Zidane tras un encontronazo con Quique Álvarez. En su web, el Madrid describió así la actuación del colegiado: «Indignante e inaudita actuación del árbitro de Villar y Sánchez Arminio». Los merengues se refirieron al árbitro como «un reconocido barcelonista» y un protegido del presidente del Comité de Árbitros. Destacaron que había cometido «siete pecados capitales» en el partido. Nada menos. Y todas las acusaciones fueron vertidas en la página oficial del club en Internet. Fue un ataque agresivo e institucional, un acto sin precedentes en la entidad, acompañado de un linchamiento mediático.

Más tarde, en octubre del mismo año, cuando todavía resonaban los ecos de las embestidas, González Vázquez fue designado para el derbi madrileño. La casa blanca renovó entonces los argumentos de su campaña de desprestigio contra el colegiado gallego, muy alejada de la excelencia que publicitaba el entonces presidente, Florentino Pérez. Para el Madrid, la designación de este árbitro era una maniobra más de la Federación Española de Fútbol para evitar que el título de Liga fuera a parar a las vitrinas del Bernabéu. Ya en aquellos tiempos se esgrimió la teoría de la conspiración. La mano negra contra el equipo blanco.

El club madridista acusó al Atlético de haber forzado el cambio de colegiado y aseguró que Muñiz Fernández había sido el primer elegido para este encuentro. Los colchoneros denunciaron el hecho de que «los árbitros se conviertan en escudos de las entidades deportivas cada vez que los resultados no son favorables».

Críticas atléticas

Tras el encuentro, el resultado invirtió los papeles. Fue el Atlético el que atacó al colegiado. «Cercenó el partido a los seis minutos y masacró al Atlético a tarjetas amarillas», escupieron los responsables de la entidad en su web . Para los atléticos, al final, «la táctica le dio resultado al Madrid». Los merengues, que no encontraron motivos de queja, guardaron silencio. Ambos clubes practicaron el oportunismo sin tapujos.

Tras aquel episodio, González Vázquez confesó en una entrevista concedida a La Voz que se le había pasado por la cabeza dejar el arbitraje. Pero no lo hizo. Decidió seguir. Y ahora llega un nuevo huracán.