Polémico porque para muchos juega al límite de las reglas, el irlandés confiesa que su lesión en la muñeca le quitó presión y elogia la clase del golfista australiano
22 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.El golf europeo ya encontró a su héroe, el irlandés Padraig Harrington, un deportista tan querido como odiado por los aficionados y especialistas. Algunos consideran que juega al límite de las reglas de golf. Lo cierto es que hizo historia el domingo al revalidar su título del Open Británico. Supone un valor seguro para el equipo europeo de la Ryder Cup que en septiembre se enfrentará al combinado americano, sin Tiger de nuevo. Del puesto vigésimo noveno del Orden de Mérito europeo escala hasta el cuarto, con Miguel Ángel Jiménez líder.
-Terminar con 69 golpes en un día tan difícil como el domingo, con la presión y el viento ¿es casi un milagro?
-No diría tanto, pero sí ha sido una de mis mejores vueltas finales en un major .
-¿Se preparó de alguna forma especial para ese día?
-Con un día tan difícil por delante no es fácil planear una estrategia. Yo tenía algunas claves en mi cabeza que traté de poner en práctica y que al final dieron resultado. Lo esencial era preocuparme solo de mis golpes, olvidando los de mis rivales, en este caso, Norman, que salía de líder conmigo. Estar atento a los resultados que ves en las pantallas del campo; controlar lo que esté en tus manos y saber reaccionar ante imprevistos, y, sobre todo, no perder la calma ante las adversidades. Hay que pensar en positivo y saber reconocer que hay grandes jugadores en el campo que pueden hacer un gran resultado y hasta ganar; si tú haces todo lo que está en tu mano, sin cometer grandes fallos, es un buen resultado. Yo hice mi trabajo, golpeé la bola muy bien, di muy buenos golpes, supe conducir el putt en los greenes , algunos extremadamente difíciles, porque muchas líneas de tiro cambiaban con el viento.
-¿Hay algún momento clave que recuerde especialmente?
-El putt del hoyo 10 fue fundamental. Eran unos ocho metros para salvar el par, pero lo fallé a causa del viento, que me cambió la caída, y me pasé poco más de un metro. Pese a todo, emboqué el putt de vuelta complicado, y eso fue importante. Igual me pasó en el hoyo 9. Saber que puedes tener la confianza suficiente en tu putt para no fallar los cortos cambia radicalmente tu mentalidad en el campo y tu forma de atacarlo.
-Al principio de la semana, había rumores de que quizá no podría jugar a causa de sus dolores en la muñeca.
-No cabe duda de que la lesión en la muñeca me ha ayudado un poco a planear mejor esta semana. Al no estar al cien por cien físicamente, alejé de mí toda la presión del público y sobre mi juego. Cada día salía al campo a hacerlo lo mejor que podía, y no me preocupaba tanto defender mi título, sino poder acabar la jornada. El público lo entendería. Pero mi caso es diferente al de Tiger. Su lesión fue durante la semana, al forzar en un swing , y desde luego, más grave que la mía, ya que le impedía completar el movimiento. En mi caso, no forcé la muñeca en los días de prácticas y eso me ayudó a comenzar el torneo con la muñeca más fresca.
-Greg Norman ha formado parte de su histórica victoria en este torneo, ¿qué le dijo al terminar el hoyo 18?
-Le dije que gracias por un magnífico día en su compañía. Greg es una persona excepcional, es el compañero perfecto para jugar una última vuelta en cualquier torneo, y sobre todo en un grande. Animaba mi juego cuando daba un gran golpe y él también jugó muy bien todo el día. Sentí que él no fuera el ganador, porque había trabajado mucho para ello; pero por otro lado, yo quería ganar el torneo. No se dan muchas oportunidades de conseguir un major . Aunque si hubiera ganado Greg, hubiera sido una historia preciosa, volver al Open después de varios años sin competir y ganar: ¡Hubiera sido la guinda del pastel! Cuando tenga 53 años me gustaría darle a la bola igual que él. Su chip , su forma de patear... Todo su juego es excelente.
-Entrar en el «green» del 18 como ganador fue una sensación muy diferente a la del año pasado.
-¡Sin duda! El año pasado, tanto mi cadi como yo estuvimos en tensión hasta el último momento. Pero este domingo fue muy diferente. Con un putt corto en el green y cuatro golpes de diferencia, sabes que no tienes que trabajar más y entras como ganador de la Jarra de Plata.