11 jul 2008 . Actualizado a las 14:35 h.
Un árbitro borracho, con 2,6 miligramos de alcohol en sangre, dirigió un partido de la Primera División en Bielorrusia. Solo tras el pitido final, el colegiado internacional Sergei Shmolik llamó la atención por su postura corporal torcida y su resistencia a abandonar el campo. El árbitro afirmó que había sentido un dolor de espalda.
En una revisión médica inmediatamente posterior al partido pudo constatarse que tenía un valor muy alto de alcohol en sangre. Shmolik reconoció haber bebido tras el choque, pero no antes. Los espectadores se mostraban sorprendidos al ver que el árbitro seguía el juego desde el círculo central.