Atención a este joven de 19 años llamado Ernests Gulbis, nacido en Riga (Letonia). Como si hubiera jugado siempre en la pista central del All England Club, salió tranquilo a afrontar su duelo con Rafael Nadal sin mostrar el más mínimo nerviosismo. A lo largo del partido, de 2 horas y 56 minutos, mostró la potencia de sus golpes, con un saque sobresaliente y se convirtió en toda una amenaza para el mallorquín. En realidad Gulbis puso a prueba todo el poderío de un Nadal que vio como se le escapaba el primer set. El encuentro finalizó con victoria del español por 5-7, 6-2, 7-6 (2) y 6-3.
Nadal jugará en la tercera ronda de Wimbledon con el alemán Nicolas Kiefer, al que derrotó dos veces este año. El español necesitó un tenis de máximo riesgo. Por momentos el desarrollo de los juegos discurrió como una guerra de servicios. El de Gulbis no baja de los 200 kilómetros por hora y coloca la bola en puntos imposibles. Nadal sigue enviando la pelota cerca de los 180 y, como tiene la suficiente habilidad para colocarla, suele obtener importantes beneficios. Aunque en el séptimo juego el juez de silla le birló un punto por entender que la pelota había botado dos veces, Nadal no perdió la calma.
Gulbis, toda una revelación, anotó 16 puntos directos de saque frente a los 4 de su rival. En cuanto a golpes ganadores, Gulbis consiguió 43 y Nadal se quedó en 36. En errores no forzados Gulbis cometió 35 y Nadal no pasó de 15. El balear pudo comprobar en su propio cuerpo la eficacia del juego que lleva a cabo el letón. A fin de cuantas hace tres días vaticinó que está llamado a convertirse en uno de los primeros del mundo.
Nadal será nuevo líder mundial si gana el torneo y Roger Federer no alcanza los cuartos.