El Ourense exprime un gol de Lozano para sumar tres puntos dorados

DEPORTES

La posesión del esférico correspondió a un Fuenlabrada romo durante largas fases del encuentro

17 mar 2008 . Actualizado a las 11:44 h.

El plantel del Club Deportivo Ourense sigue aferrándose a la máxima rentabilidad de sus goles para afianzar sus posibilidades de permanencia en la categoría de bronce nacional. Contra el Fuenlabrada lo pasó mal en distintas fases de la contienda, pero alcanzó un objetivo que se presentaba como prioritario en las vísperas del choque.

La consigna era propinarle golpes a un rival en apuros desde los primeros compases y un centro chut de Yebra ya puso en apuros a Sierra tras el pitido inicial. Jaime Conde también intentó sorprender al guardameta, que respondió bien colocado a su disparo, pero las tornas del choque fueron cambiando paulatinamente.

El combinado de José Aurelio Gay se movía con superioridad numérica en la parcela ancha, gracias a una mayor movilidad de sus efectivos y, al filo de la media hora, fueron llegando sus primeras ocasiones claras, desde un disparo con poco ángulo del celanovense Adrián Quintairos, al que respondió bien Taranilla, hasta un cabezazo que Campillo no supo transformar en gol. Pese a ese control territorial, al Fuenlabrada le falta la chispa final, necesaria para desbordar a una pareja de centrales como Rives y Portela, que se mostraban impecables con la encomiable ayuda de Pablo.

El once de Tomé se dio un respiro con el intermedio y volvió a salir como lo había hecho en la primera mitad. Una galopada de Seoane terminó en un tiro que se marchó rozando el palo y Lozano dio su primer aviso, tras una asistencia de Anxo. El preludio de la estocada del salmantino. Su paisano Jaime Moreno desbordó por la banda siniestra y sirvió para que el centrocampista marcara los tiempos de un tesatarazo que hizo inútil la estirada de Sierra.

Sonaba a puntilla, tal como se desenvolvía la contienda, pero a los ourensanistas comenzó a pesarle el esfuerzo. En cuestión de pocos minutos un Kikín que cada vez incordiaba más por la derecha hizo trabajar a un Taranilla renqueante. Como si se tratara de rugby, el empuje de los madrileños iba encerrando a los rojillos en su parcela y Pablo acabó como tercer central.

Gay no anduvo rápido con la disposición táctica de los suyos y seguía acumulando marcadores alrededor del solitario Anxo, ya aislado de sus compañeros. Vecchio hizo temblar a la parroquia local con un centro chut que desvió con apuros Taranilla y Agustín desaprovechó otra inmejorable oportunidad a la salida de un saque de esquina.

Ya con los forasteros Cabanillas y Danilson como recambios de última hora, los fuenlabreños se la jugaron al típico balón a la olla. En un doble remate al alimón, el central Ángelo sumado al ataque remató un balón en la boca que gol, que repelió Pablo con su hombro. Los madrileños reclamaban pena máxima, pero luego se tenían que lanzar a sus últimas intentonas, ya faltas de tino. Al contrario, fue Lozano, el goleador de la tarde, el que pudo poner la guinda en un brillante lanzamiento de libre directo. Antes había firmado con su diana tres tantos de auténtico oro para su equipo.