El Celta debe sobrevivir a la batalla de Ipurúa para mantener la estela

X.R. Castro

DEPORTES

El fútbol directo, las segundas jugadas y la estrategia marcarán una contienda capital para los vigueses

10 feb 2008 . Actualizado a las 18:40 h.

El partido de Ipurúa huele a batalla determinante. Las dimensiones y el mito del campo armero, el estilo peculiar del conjunto de Mánix Mandiola para sobrevivir en la categoría, y sobre todo, las urgencias de un Celta huérfano de sus referencias ofensivas otorgan al partido de esta tarde (17 horas) la etiqueta de capital. Martino, el ex celeste que hoy estará en el banquillo, ilustró el cartel anunciador del partido a lo Bravehart , y el reclamo publicitario quizás recoja del mejor modo la batalla que le espera al Celta. Mito al margen, Ipurúa es más pequeño de Balaídos y allí se juega de otra forma. Es la meca de la segunda jugada, del desplazamiento largo y de la estrategia. Un partido para minimizar los errores, al menos los no forzados. Por eso López Caro pretende amurallar a su equipo en la retaguardia. Repetirá con toda probabilidad su defensa más habitual (aunque Agus podría tener alguna posibilidad de reemplazar a Roberto Lago) y buscará una doble pivote de claro perfil defensivo. Todo apunta a que Ariel Rosada tendrá su primera oportunidad como jugador del Celta desde el principio en un escenario propicio para seguir alimentando su fama de duro. A su lado debería estar Vitolo, pero la cuesta abajo del canario y la envergadura de Mario Suárez podrían darle algún chance al madrileño. Estos seis centrarán su tarea en defender, en mantener lo más alejado posible el balón de los dominios de Esteban para evitar un inoportuno arreón armero. Al resto del equipo le corresponderá atacar. Aunque Okkas se ha recuperado, Diego Costa repetirá su posición de La Rosaleda para jugar como hombre más adelantado. La velocidad del brasileño unida a la lentitud de movimientos de una zaga del Éibar, que además presenta dos bajas importantes como Raúl García y Urzelai, le otorgan un papel a priori estelar en el discurrir de la contienda. Por detrás estará un Canobbio que se recuperó a tiempo en una semana en donde ha dado la cara desde el principio, mientras que en las bandas Caro repetirá el ensayo frutífero de Córdoba. Núñez viaja de nuevo a la izquierda y Sales disfrutará de su segunda titularidad. En este escenario bélico el medio campo apenas cuenta. El partido se moverá entre la trinchera defensiva y el contragolpe. Como en una guerra de guerrillas. Si el Celta es capaz de sobrevivir y de volver a ganar 16 años después en Éibar incluso podría encontrarse con el premio añadido del tercer puesto. Un objetivo más para señalar en rojo una cita con ingredientes de final.