«Todavía no se puede decir con la boca bien grande que soy el vencedor», señala el corredor de Mos
DEPORTES
Ayer por la noche, Óscar Pereiro no sentía una alegría especial. Porque no se veía aún ganador del Tour 2006. «Tal y como están las cosas no se puede decir con la boca bien grande que soy el vencedor del Tour del 2006, todavía no me sale eso de dentro. No me considero ganador», señaló. De hecho, fuentes del Caisse d'Epargne confirmaban que el equipo no había recibido durante ningún comunicado oficial de la Unión Ciclista Internacional.
El ciclista insiste en que su reconocimiento como ganador tiene que ir más allá de una información o unas declaraciones vertidas en los medios. «Esto no está finiquitado. Yo no lo consideraré acabado hasta que se celebre un acto público con el que se zanje todo», señaló.
El corredor reconoció que esperaba que la sentencia de Floyd Landis se hiciera pública mañana. «Me ha pillado totalmente por sorpresa, creía que la sentencia iba a salir el sábado (por mañana) como se había anunciado», indicó.
Pereiro destaca que, en vista de las declaraciones de Christian Prudhomme y de las informaciones de la UCI, parece que «el Tour y el organismo que rige el ciclismo internacional intentan que por fin se agilice el proceso». Añadió que los trámites se han alargado mucho más de lo que deberían. «Es como si no se hubiera puesto mucho interés en que el caso Landis llegara a su fin. Este es el Tour más largo de la historia con diferencia», apuntó. Sobre el posible recurso de Landis al Tribunal de Arbitraje Deportivo, recordó que el TAS «suele fallar igual que la federación del país que ha dictado la anterior sentencia».
«La ventaja es que esto no me pilla en plena temporada, como me había sucedido antes. Todo será diferente, tengo más experiencia para asumir este lío. He pasado momentos realmente malos, pero ahora esto no me afecta ni para bien ni para mal. Te adaptas a que cada cierto tiempo el tema vuelva a los medios. Pero estoy un poco cansado del asunto. Ahora mismo tengo en mi teléfono móvil sesenta llamadas perdidas. Y el número sigue creciendo», indicó.
El corredor ha conseguido relativizar la espera, dentro de lo que cabe: «Simplemente será para mí un alivio poder responder con seguridad cuando me pregunten por la calle si fui el segundo o el primero del Tour 2006.