Lituania sufrió mucho para vencer a una brava Croacia, que no cedió hasta el último segundo en su mejor partido del campeonato.
La selección arlequinada se debe colocar un interrogante en la camiseta. Nunca se sabe cuándo jugarán al baloncesto o serán esa banda de profesionales que se pelean entre sí. Contra Lituania salió el equipo bueno, comprometido, aguerrido que ganó a España en Sevilla. Además, supo aprovechar los males de Lituania, personificados en Sarunas Jasikevicius. El genio de Kaunas estaba a medio gas por problemas musculares y Lituania no carburaba.
Lituania logró un parcial de 9-0 en el último período (64-55). Era el momento en que la selección verde podía acabar con Croacia, pero Popovic y Tomas se empeñaron en morir con las botas puestas. Remontaron a cámara lenta, como sin quererlo, y se pusieron a cuatro (74-70).
Entonces, el genio Songaila sacó su lado tenebroso y provocó una falta antideportiva. Planinic convertía los dos y, además recuperaban la bola tras fallar un triple Popovic. Un segundo, saque de fondo y otra vez falta. Pero ahora, el base del Tau yerra el primero y el segundo lo tira a fallar, pero el balón es para los lituanos, que ganan el duelo.