Su gira pasará por Galicia con una única actuación en A Coruña, mañana a partir de las 22.30 en el Coliseo
02 may 2008 . Actualizado a las 14:06 h.Los chicos de El Canto del Loco andan ahora por capítulos de cordura. No es que antes fueran la alegría de la huerta, en lo que a actitud rock se refiere, pero tenían un mínimo aire rebelde, posadolescente y arrogante con el que mantenían encendido el foco de la atención de propios y extraños. Ahora se han hecho mayores de 30 años, que no es mucho, pero, en ese tiempo, a ellos les ha dado para incorporar ingredientes vitales como el amor o la paternidad. En definitiva, unos tíos cabales, que diría Josele Santiago. Uno de sus admirados, por cierto, lo que desmiente en parte que siempre se les haya llevado de la mano de Hombres G.
La gira de El Canto del Loco tiene mañana una actuación en el Coliseo coruñés, la única prevista en Galicia. Será a partir de las diez y media de la noche, con entradas a 30 euros.
Dani Martín (Madrid, 19 de febrero de 1977), cabeza pensante, cantante y actuante del grupo, tantas cosas muchas veces a su pesar, habla de Andrés Calamaro, Los Rodríguez, Los Ronaldos, Loquillo, Los Piratas de Iván Ferreiro o Los Enemigos para definir su universo musical.
¿Y cómo es Dani Martín?, pregunta la parroquia cuando surge una entrevista como esta, lo que confirma que el chico despierta un importante interés. Pues Dani Martín es por teléfono, un estado habitual de los músicos en gira y de las absurdas promociones teledirigidas de las discográficas. Pero su voz aparenta la cercanía y sinceridad de un tipo que quiere ser directo. Una persona normal, si es posible en alguien que tampoco renuncia a su condición de líder. Si hablamos de su último disco, Personas (número uno en ventas, sencillo más vendido, más descargas que nadie en Internet?), hay que decir, ante todo, que es un éxito incontestable al que ni se aproximan de lejos ningún solista o banda de pop-rock español, salvo Amaral. Personas es un disco de pop evidente, en el que destaca la buena mano de David Otero, primo de cabecera de Dani Martín, guitarrista, miembro clave de El Canto del Loco, y que parece un tipo llamado, al menos, a glorias iguales que las que vive con estos tres colegas que trabajan para divertirse. Son El Canto del Loco: el citado Otero, Jandro Velázquez y Chema Ruiz, con Dani Martín a la cabeza. Con su último disco reivindican la condición de personas, la sensatez, el cariño. Es la vida dulce y concienzuda de un grupo nacido a las puertas del teatro. De la escuela de Cristina Rota a la de Andrés Calamaro.
-Para un grupo como ustedes de éxito consolidado, ¿qué son las críticas?
-Las críticas que nos interesan son las que te hacen padres, amigos, la gente que te encuentras. Y, del resto, por supuesto que nos interesa saber qué se opina, pero si es constructivo. Con este disco tenemos la suerte de que, salvo dos críticas de dos periódicos, todas han sido muy buenas.
-Parece que usted insiste en que se puede escuchar a El Canto del Loco sin asociarlo a un grupo adolescente. ¿Han convencido a muchos?
-La verdad es que es muy difícil convencer a esa gente que tiene prejuicios a la hora de acercarse a una determinada música. Lo intentamos, pero tenemos el placer de ver cómo 200.000 personas se acercan a nuestro último trabajo y el disco se está vendiendo bien.
-¿Cómo ven la escena musical española?
-La veo bien, pero me doy cuenta de que lo que me gusta es de gente que lleva tiempo. Si te menciono a alguien, como Andrés Calamaro o M-Clan, no son grupos nuevos, precisamente. Por cierto, lo último de M-Clan me parece que es, sin ninguna duda, su mejor disco.
-¿Cuáles son las claves de la buena salud artística de El Canto del Loco?
-Es muy importante el equilibrio que uno tenga como persona. Hay que levantarse pensando como una persona cabal. Si eres un tío cabal, las cosas saldrán bien.
-¿Con eso sirve para moverse en un negocio tan movedizo como el discográfico?
-Nosotros llevamos muchos años juntos y la cosa funciona. Cuando tú controlas tu carrera, el merchandising , los discos, etcétera, tienes la ventaja de que puedes hacer la cosas con sensatez. Otra cosa es que haya éxito como algo convencional, pero hay que pensar que cantar y tocar la guitarra no lo es todo. Hay que estar pendiente de más cosas.
-Sobre todo de que haya tanta gente en el negocio, ¿no?
-Sí, pero nosotros ya no tenemos ningún listillo detrás. Eso ya pasó a la historia. En realidad, hemos vivido la evolución natural que tenía que pasar.