La campaña de verano del mejillón se retrasa un mes en la ría por la caída de la demanda

BARBANZA

De los 28 polígonos productivos, siete permanecen cerrados debido a la presencia de toxinas

16 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Nerviosismo e incertidumbre. Así respira el sector bateeiro arousano. El motivo, las previsiones de una campaña más corta de lo habitual debido a la falta de compradores, lo que provoca que se retrase el inicio de la temporada «entre cuatro y seis semanas», según señalaron varios productores consultados por La Voz. Los profesionales apuntaron que el 70% de la facturación de este ámbito extractivo se concentra entre los meses de junio, julio, agosto y septiembre.

Los mejilloneros vaticinan que será un mal año porque la demanda no está tirando del carro. «La mayor parte de las conserveras y de los cocederos se aprovisionaron de vianda en los meses de enero y febrero aprovechando que los precios del producto eran entre un 8 y un 30% más bajos, por lo que ahora no necesitan hacer acopio de bivalvo y eso se nota», apuntó un profesional de A Pobra. Y añadió: «La escasa actividad existente en la actualidad procede de las grandes cadenas de la distribución, que compran mejillón destinado a venta en fresco».

Menos oferta

Pero los problemas no solo surgen del lado de la demanda. Un autónomo de Boiro resumió las dudas existentes en el ramo con el siguiente análisis: «El conflicto mejillonero, que se inició el 4 de julio del pasado año y que se prolongó durante casi tres meses, no solo ocasionó pérdidas en la campaña del 2008, sino que una parte de esos números rojos se trasladaron a este ejercicio».

Según esta misma fuente, «estar tanto tiempo parados, por culpa de la acción de los piquetes, hizo que un porcentaje de la producción prevista para este año se perdiera, y que las labores de desdoble -término con el que se conoce en este ámbito la preparación de la nueva cosecha- acabasen en febrero, cuando lo normal es hacerlo a finales del año anterior». Estos cambios se traducen en menos cantidad de mejillón en las bateas y con un rendimiento medio que es algo inferior a lo habitual por estas fechas.

Preocupación

Esta opinión es corroborada por un autónomo de Abanqueiro. «Llevo casi dos meses sin hacer una barcada -descarga de 15.000 kilos de mejillón- y la situación empieza a ser preocupante», dijo. Antes de que estallase el conflicto bateeiro este empresario conseguía hacer una entrega cada «diez o quince días».

Pero lo peor parece que aún está por llegar. Verano es sinónimo de movimientos de barcos que acuden a los puertos arousanos para abastecer de molusco a la industria de la transformación y a los mercados del fresco, sobre todo, los foráneos como Francia, Italia y, en menor medida, Bélgica. Sin embargo, una parte importante de los encuestados comentaron que, «este año las cosas van a ser diferentes ya que apenas se perciben repuntes importantes en la actividad».

La última guerra de precios y la crisis económica lastran las ventas de mejillón arousano. Eso quiere decir que la mayoría de las agrupaciones de bateeiros que integran la ría -que suman en torno a las 2.300 de las 3.400 bateas existentes en Galicia- están rompiendo los calendarios habituales de producción, a lo que hay que añadirle la campaña de incorporación de la semilla a las bateas, labores que no concluyeron hasta finales del mes de mayo, después de que algunos colectivos solicitasen a la Xunta una prórroga de las operaciones de enganche de mejilla porque había productores que no tenían sitio habilitado en la plataforma.

La buena noticia para este ámbito productivo es la reapertura de la mayoría de los polígonos bateeiros de la ría arousana, después de que los biólogos del Instituto Tecnolóxico para o Desenrolo do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) diesen luz verde al reinicio de la actividad tras analizar los niveles de toxina en el agua.

Así, de las 28 áreas productivas existentes en la ría, solo permanecen cerradas las tres que se ubican en la zona de Muros y Noia, además de las cuatro de O Grove. De estos siete polígonos -si se exceptúa el denominado Noia A, que se cerró el pasado sábado- el resto llevan inactivos desde mediados del mes de abril.