Augas de Galicia cree que la canalización exterior del regato podrá acometerse en el horizonte del 2012
22 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La tortura a la que se ven sometidos cada vez que llueve los bolsillos de los vecinos de Rodrigo de Mendoza cuyo garaje cruza un río podría tener fecha de caducidad. El 2012 es, según los cálculos de Augas de Galicia, el horizonte en el que pueden ir pensando los afectados por este insólito problema, los propietarios de las 159 plazas de aparcamiento y los 7 trasteros a los que el cielo mete el miedo en el cuerpo en cuanto se encapota. Para alcanzar este final feliz, la Xunta lo tiene claro: el Concello de Vilagarcía debe asumir la mitad de los costes económicos que originará la canalización del regato por el exterior del peculiar subterráneo. Estas son las dos principales conclusiones de la reunión que ayer mantuvieron el alcalde en funciones, Xosé Castro Ratón, y la concejala de Urbanismo, Tania García, con Francisco Menéndez, presidente del ente autonómico.
Según los munícipes vilagarcianos, la entrevista se desarrolló en un tono de cordialidad que demuestra «a completa disponibilidade das dúas institucións para tratar de executar canto antes o proxecto que resolva este problema». El compromiso alcanzado ayer incide, precisamente, en este punto: la necesidad de actuar sin mayor demora, cuando han transcurrido ya ocho años desde que los vecinos afectados comenzasen a moverse en busca de una solución. Para avanzar en este objetivo, técnicos de las dos administraciones se reunirán durante los próximos días y analizarán en profundidad el diseño encargado por Augas de Galicia. Sea como fuere, el inconveniente central es el que cabría esperar: la escasa disposición de fondos públicos que, en estos momentos, obliga a la Xunta a pensar no en este ejercicio económico, sino en el siguiente.
Según el proyecto del organismo autonómico, que realizó la firma Eyser S. A., a diferencia de la actual, la nueva canalización debe disponer de una sección de desagüe suficiente y discurrir únicamente por vías públicas. La idea es partir del inicio de la ya existente, en la zona de los supermercados, para discurrir por la avenida Rodrigo de Mendoza y finalizar en el puente de Ramón Cabanillas. Necesitará, eso sí, registros que permitan el acceso a su interior.