El «chill out» llega a su ocaso

Noelia Fariña

AROUSA

Termina el programa «Ás nove na praia», que contó con una excelente demanda de la ciudadanía durante los cuatro días

14 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La iniciativa Ás nove na praia del área municipal de Turismo y Promoción Económica finalizó ayer con una gran acogida entre la ciudadanía vilagarciana. Entre unas 250 y 300 personas, según cálculo municipal, se acercaron cada noche a la playa de A Concha-Compostela para disfrutar de la caída del sol, acompañados de la música relajante y los mojitos que salían de la carpa.

Los pufs y butacas repartidos por la arena para la ocasión, al igual que las mesas alumbradas por candiles y el paseo de madera iluminado de antorchas, se llenaron de arousanos desde el lunes 10 de agosto hasta la velada de ayer. Entre ellos, destacó la presencia de la concelleira de Promoción Económica de Vilagarcía, Rosa Abuín, el teniente de alcalde, Xosé Castro Ratón y la edila de Limpeza, Dolores Couso. Es cierto también que el buen tiempo favoreció el éxito de esta iniciativa e hizo posible un espectáculo magnífico.

La afluencia de gente también sobrepasó el horario. Las noches, que en un primer momento finalizarían a las doce, se alargaron hasta cerca de la una y media de la madrugada ante la imposibilidad de cerrar antes. Pero cuatro días no han sido suficientes para los vilagarcianos que, según afirman fuentes del Concello, han demandado extender la duración de esta iniciativa a lo largo de todo el verano. Sin embargo, Rosa Abuín, la concelleira del BNG, afirmó ayer que el programa Ás nove na praia no se alargaría más, ya que para el mes de septiembre barajaban nuevas propuestas, que vendrán a completar un bloque de ideas para ganar espacios en la ciudad, ya que son muchos los que han descubierto A Concha como lugar de recreo gracias a esta iniciativa.

La concelleira también citó algunas mejoras que se harán en las próximas ediciones. La ampliación de la barra será una de ellas ya que se formaron colas a la hora de recoger los innumerables mojitos y caipirinhas que se sirvieron en la carpa a lo largo de las cuatro noches.

Otra propuesta que se estudiará será la de ampliar la zona de recreo para que más ciudadanos puedan conocer y disfrutar desde el pinar de A Concha, el espectáculo nocturno que ofrece la ría.

Colaboración ciudadana

Por otra parte, Abuín destacó la colaboración ciudadana. Exceptuando la desaparición de los farolillos que iluminaban las mesas del pinar en la primera velada y que según Rosa Abuín «puxémosllos a tiro», no se registraron actos vandálicos dignos de mención.

Será cierto el poder del chill out o quizás será por la belleza de la puesta de sol, pero lo único que ha quedado claro es que los vilagarcianos acabaron tan relajados que incluso ayudaron a la organización a recojer la playa al finalizar cada una de las jornadas.