El bosque de la mariposa

Monica Torres
m.torres A GUARDA / LA VOZ

VIGO

La especie «charaxes jasius» ya se reproduce en O Baixo Miño

10 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hace poco más de un lustro era una noble turista, tan poco conocida como valiosa para el público en general. Un miembro de la asociación naturalista Anabam sorprendió entonces a una de las mariposas más bellas y grandes en el monte rosaleiro Niño do Corvo, y el insólito hallazgo derivó en un proyecto de la entidad no menos excepcional. Anabam consiguió que niños y mayores soñaran con un proyecto: Un bosque para unha bolboreta. Y le construyeron el de «la mariposa de las cuatro alas», la charaxes jasius.

Casi como un final de cuento, llega ahora la confirmación de que aquella inesperada visitante, habitual de climas mediterráneos o de otros puntos de Galicia, «está presente en los cincos municipios de O Baixo Miño».

El propio presidente de la asociación Anabam, Agustín Ferreira, precisa los resultados de tantos meses de seguimiento e investigación por parte del colectivo. Ferreira no establece causalidad directa entre el bosque y el avistamiento en toda la comarca pero, cuando menos y de forma empírica, sí la autosuficiencia del su bosque.

La presencia de esta especie sigue siendo más intensa en Niño Corvo, donde fue localizada por primera vez, y desde donde trasladan periódicamente huevos y orugas de la peculiar mariposa. Pero también revela que en ese jardín de madroños que se plantó de forma colectiva en el espacio cedido por la comunidad de montes de Camposancos ya se reproduce por sí sola.

Con la cautela que les caracteriza y, sin mermar su empeño, Agustín Ferreira avanza que aunque seguirán con los traslados, la charaxes jasius pronto abandonará el catálogo de especies en peligro de la asociación. El proyecto, al que se sumaron el Concello y el Padroado Monte Santa Trega, continuará porque además se comprometió su seguimiento durante una década, adelnata la entidad.

La última localización que permitió completar el mapa de la comarca de O Baixo Miño fue en Tomiño donde Ricardo da Silva, integrante del grupo de trabajo de la asociación, observó orugas en los madroños de la zona de Barrantes. En septiembre también las descubrió en cinco madroños que hay en la bajada del Parque Natural del Aloia, al lado de la carretera. «Solo en uno de los madroños, que no superan los dos metros de altura, fueron contabilizados 21 huevos», resalta la asociación naturalista.

El grupo de trabajo localizó el rastro de la charaxes jasius en Oia cerca de A Valga. Cerca del lugar en el que el año pasado se pudieron ver varios ejemplares adultos se tiene constancia ahora de numerosas hojas de madroños comidas por orugas de esta especie que, quizás, podrían ser autóctonas.

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