Los productores gallegos no temen la competencia del albariño francés

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

Creen que Rías Baixas impondrá la calidad de su producto, aunque el de Montpellier sea más barato

16 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El albariño se universaliza. Francia ha dado luz verde al cultivo de esta uva, que será oficial en un par de meses, al tiempo que Nueva Zelanda recoge la primera cosecha. El departamento mediterráneo de Hérault, cuya capital es Montpellier, se perfila como el primero que sacará al mercado en el país vecino un vino que competirá probablemente con el de Rías Baixas en Estados Unidos, destino del 60% de las exportaciones de esta denominación de origen.

Pero esto no parece asustar a los bodegueros gallegos, ni siquiera la perspectiva de que el albariño francés sea más barato. La respuesta de Galicia pasa por mantener la calidad y un esfuerzo titánico para vincular la variedad de la uva a su origen.

Xavier Zas, gerente de Condes de Albarei, asume que «no se pueden poner puertas al campo», pues parece «lógico que el éxito comercial de la variedad la lleve a Francia», primer productor de vino del mundo.

Ante esto, «la estrategia» en Galicia debe ser «vincular la uva al origen y fortalecer la marca Rías Baixas, con menos notoriedad hoy que la variedad». Zas asume que supondrá «un esfuerzo económico enorme», pero es «clave que el vino se conozca más por la propia denominación».

Hasta ahora, los albariños gallegos han competido casi sin rivales en el exterior, «pero estoy convencido -dice- que la gente valorará más el de Rías Baixas a medida que vayan apareciendo otros».

Los bodegueros gallegos dicen que Francia intuye un filón comercial en esta uva, pero que hará un producto muy diferente al de la comunidad.

María Sineiro, enóloga de Lagar de Besada, cree que los franceses sacarán probablemente un albariño más barato por las posibilidades que les da «la vendimia mecanizada y el cultivo en espaldera». Pero «harán un producto muy distinto que no tendrá nada que ver con el nuestro porque la variedad se comporta de un modo diferente al cambiar el suelo y el clima. Es lo que sucede con el marisco -compara-. El de la ría no tiene nada que ver con el resto».

En ese sentido, en Francia han surgido ya voces críticas. El periodista especializado en vino Hervé Lalau plantea en su blog si el albariño, «cultivado sobre todo en zonas costeras frescas y húmedas, eminentemente atlánticas, dará lo mejor de sí mismo en un área mediterránea».