Narcóticos Anónimos abre un grupo en Santiago para ayudar a quien quiera dejar las drogas

J. G. SANTIAGO/LA VOZ.

A CORUÑA CIUDAD

08 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Mañana jueves, a las 20.30 horas, en el centro sociocultural Xoán XXIII, celebra su primera reunión el grupo Narcóticos Anónimos de Santiago. A ese local de la rúa Castiñeiros se acercarán los promotores de esta iniciativa en la ciudad, que contarán con apoyo del único grupo que funciona en Galicia, el de Vigo; y de responsables de Alcohólicos Anónimos de Compostela y A Coruña. El objetivo de este colectivo es ayudar a personas toxicodependientes a superar su problema con las drogas y reinsertarse en la sociedad.

«Seguimos los principios de Alcohólicos Anónimos. Funcionamos democráticamente, aprobamos los acuerdos por mayoría», explica Amador, portavoz del grupo. Para adscribirse «admitimos a cualquier persona que exprese su deseo de dejar de consumir drogas legales o ilegales que le creen adicción», agrega.

Narcóticos Anónimos no tendrá archivo de miembros, ni les hará ningún seguimiento. Tampoco se ocupará de diagnósticos, ni tratamientos, ni servicio de asistencia social, ni labores de investigación. En el grupo los más veteranos efectúan un papel de «padrinos» y se encargan de orientar o hacer sugerencias; de relatar experiencias que conozcan y que han dado resultado y ayudado a otras personas.

Funcionan mediante reuniones de hora y media. En ese tiempo se escucha y se comparten experiencias e informaciones: «Quien asiste con regularidad lo normal es que deje de consumir y se recupere, o que se mantenga abstinente. En el grupo se sugiere que no se consuma ninguna sustancia, sea legal o ilegal, que pueda provocar adicción», indica Amador.

A Narcóticos Anónimos acuden personas que se han rehabilitado en diferentes centros, y otras que no. Los promotores «no tomamos ningún tipo de fármacos». El grupo ofrece diversos servicios, desde un teléfono que funciona las 24 horas, orientación literaria y otros, de los que se responsabilizan de forma rotatoria. Y siempre de anónimamente «porque si algún miembro del grupo recae la cuestión no es que el programa no funcione, sino que en realidad lo que no ha funcionado ha sido esa persona», sostiene. Mañana escogen coordinador y reparten responsabilidades.