Las autoridades prohíben recorrer la nueva autovía a más de cien por hora

M. Cheda

SANTIAGO

La carretera más moderna de Galicia abrirá este viernes con guardarraíles antiguos en todo su trazado

13 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La autovía gratuita Santiago-Brión (AG-56), cuya apertura al tráfico la Xunta ha programado para este viernes, ya se puede recorrer con total seguridad de este a oeste y viceversa, como comprobaron ayer un redactor y un fotógrafo de La Voz. Tanto en un sentido como en el otro, completar el trayecto respetando las leyes requiere algo menos de ocho minutos. Son un suspiro, si se comparan con los 20-30 que el mismo viaje exige actualmente por la carretera convencional. Pero no tan pocos como los seis o siete que había anunciado el Gobierno autónomo. ¿La razón? La señales en ningún momento permiten circular a 120 kilómetros por hora. De hecho, en un 92% del trazado (11,6 kilómetros sobre un global de 12,6) la velocidad máxima ha quedado establecida en 100, mientras que en la parte restante ha sido fijada a la baja (80), por tratarse del trecho final de la infraestructura.

Este periódico preguntó ayer al mediodía a la Consellería de Política Territorial el porqué de dicha decisión, pero la portavocía del departamento de María José Caride no logró recabar una respuesta entre el cuerpo técnico del gabinete. Las características del vial, con dos calzadas independientes, nada sinuosas y dotadas de cuatro carriles en total, no sugieren la necesidad del recorte. Fuentes del sector consultadas al respecto apuntan que la única explicación plausible tal vez radique en la acumulación de un amplio número de enlaces en tan corto espacio físico: la entrada de A Rocha, el nudo de Pardiñas, las conexiones de Aldea Nova, Bertamiráns y Os Ánxeles y la salida de Gundín, una intersección cada 2.100 metros, como promedio.

Vallas metálicas exteriores a ambos lados del eje central, el circuito de videovigilancia operativo, indicadores colocados, paneles luminosos en funcionamiento, pintado en regla, firme impecable... Iniciada a mediados de marzo del 2006, la obra ha terminado con tres meses de adelanto. Solo restan por colocar una treintena de pantallas antirruido en el entorno del quinto acceso y junto al viaducto de Casal.

Exceptuando las rotondas de ingreso, que no pertenecen propiamente al cuerpo general de la autovía, en ni un solo punto de la AG-56 se han dispuesto los guardarraíles modernos, sino los del modelo tradicional de pieza, ese de los soportes metálicos con forma de doble «T», que no llega hasta el piso y, por tanto, provoca lesiones graves, sino amputaciones, a motoristas accidentados. En septiembre del 2007 Política Territorial había garantizado que gestionaría la instalación de quitamiedos de nueva generación (sin separación entre sus faldones y el suelo), «non de forma xeneralizada», pero sí «naquelas zonas onde o esixa a normativa».

El jefe del Ejecutivo gallego, Emilio Pérez Touriño, presidirá dentro de dos días la inauguración y posterior puesta en marcha de la carretera, que emplearán, ya en un primer momento, 25.000 autos por jornada.