El futuro de Ence une a los sindicatos tras casi una década de desencuentro

Jaime Velázquez

PONTEVEDRA

Las tres fuerzas con representación en el comité de empresa exigen que la factoría se quede en la comarca

01 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hacía mucho tiempo que los tres sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras CIG y UGT, no se ponían de acuerdo en algo que tuviera que ver con Ence. Exactamente ocho años. La última vez que las tres fuerzas unieron sus reivindicaciones fue durante la privatización de la pastera, entre el año 1999 y 2001.

Casi una década después, el futuro de Ence vuelve a poner a los tres sindicatos tras la misma pancarta; al menos a los delegados sindicales de CIG, UGT y Comisiones Obreras que componen el comité de empresa de la factoría de Lourizán.

Los representantes de los trabajadores emitieron un comunicado suscrito por las tres fuerzas con tres demandas concretas. En primer lugar, que se tenga en cuenta a la plantilla del complejo a la hora de decidir un hipotético traslado de la factoría. Que se mantengan los puestos de trabajo actuales y se amplíen con una fábrica de papel para cerrar el ciclo productivo. Y todo ello, en la comarca de Pontevedra.

Diálogo permanente

El presidente del comité de empresa de Ence, Nicolas Fernández, de UGT, explicó que el cierre del ciclo productivo es una vieja reivindicación de la plantilla. La apertura del concurso eólico, al que ha concurrido la empresa de celulosas junto a tres empresarios gallegos, ha planteado de nuevo la posibilidad de cerrar el ciclo productivo, como complemento a su oferta de aerogeneración eléctrica.

Los rumores sobre un posible traslado de la planta fuera de Lourizán han ganado fuerza desde que se conocieron las negociaciones de la Xunta con la compañía pastera para tratar de sacar Ence de la fachada de la ría.

El comité de empresa reclama que este proyecto empresarial se lleve a cabo en la comarca de Pontevedra. «Nos da igual que sea en uno u otro municipio, pero debe ser en la comarca de Pontevedra para mantener los puestos de trabajo», afirmó Nicolás Fernández. «Ahora que utilizamos la tecnología más limpia a partir de oxígeno, tal y como recomienda Greenpeace, es posible el cierre del ciclo productivo creando nuevos puestos y aumentando el valor añadido del producto». «Si permitimos que ese nuevo proyecto se marche a otra comarca dejaremos a Pontevedra deprimida debido a la gran destrucción de empleo y riqueza», añadió.

El comité de empresa hizo un llamamiento a la responsabilidad política y empresarial para que exista una línea de diálogo permanente con la plantilla. «No vamos a consentir que se use a los trabajadores como moneda de cambio ante futuras negociaciones de proyectos industriales o pactos políticos», afirmó el comité. La fábrica cuenta con una nómina de 300 empleados y mantiene un millar de empleos indirectos en la comarca.