La presidenta de la Asociación Gallega de Anticuarios explica que la desaparición del Códice Calixtino perjudica al sector que ella representa
05 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Elvira Más es la presidenta de la Asociación Gallega de Anticuarios. Explica que la desaparición del Códice Calixtino perjudica al sector que ella representa, respalda las peticiones de la Fiscalía para el mercado de piezas artísticas y pide una reflexión sobre la situación de nuestro patrimonio.
-¿A los anticuarios gallegos les ha afectado en algo el robo del códice?
-Sin duda. Y no solo a los anticuarios gallegos, sino también a nuestros compañeros de toda España. El Códice Calixtino es una joya medieval única, estamos conmocionados no solo por el hurto en sí, sino por las escasas medidas de seguridad y vigilancia del manuscrito, situación que ha facilitado sin duda su desaparición. Es preciso que reflexionemos sobre ello, nuestra apuesta es una decidida mejora de los protocolos de seguridad en las instituciones que conservan piezas únicas. Los anticuarios debemos velar y defender nuestro patrimonio, por eso desde la asociación pedimos que se extremen las medidas de vigilancia sobre aquello que forma parte de nuestra historia.
-¿Cómo está funcionando el mercado de antigüedades en Galicia?
-Es evidente que hay cierta incertidumbre en el mercado, pero somos optimistas sobre el futuro. El arte y las antigüedades siempre han sido en épocas de crisis un valor refugio y, por tanto, una buena inversión patrimonial, siempre y cuando se adquieran piezas exclusivas y singulares de gran calidad. Y para eso estamos los profesionales.
-La Fiscalía pedía un mayor control del mercado de piezas. ¿Qué le parece esta petición y cómo afectaría al sector?
-Para nosotros es muy positivo, venimos reivindicando estas medidas desde hace años. Con esta petición, la Fiscalía se ha situado en el epicentro del problema que nos afecta a todos. La propuesta de poner en marcha una serie de medidas preventivas para la seguridad del patrimonio de la Iglesia, entre las que se encuentra la necesidad de inventariar dicho patrimonio y su estado de conservación, es una gran noticia para nuestro sector. Los anticuarios somos profesionales. Nos regimos por unos estatutos y nuestro pilar fundamental es el código deontológico de la F. E. A. En su artículo 2 se establece que: «?El anticuario debe velar por los intereses sociales generales y constitucionalmente protegidos en cuanto puedan relacionarse con las actividades y funciones profesionales que le son propias». Además, es de obligado cumplimiento para el anticuario tener el libro de registro de la policía, el de patrimonio y con respecto a piezas que provienen de especies protegidas, tales como marfiles, carey, etcétera.
-¿Existe competencia desleal en este sector?
-La competencia desleal se basa en prácticas contrarias a la honestidad y a la buena fe, algo que, desgraciadamente, se da en cualquier profesión, pero el verdadero problema con el que nos encontramos los anticuarios de la asociación es el intrusismo. Desde que se fundó la asociación, hace treinta años en Santiago de Compostela, se ha estado luchando contra el intrusismo y pidiendo apoyo a las instituciones para que se cumplan las normativas vigentes. En España hay grandes anticuarios y mucha confusión. Si hablamos de una antigüedad, estamos hablando de una obra antigua que además de tiempo y belleza contiene arte, alma, con un valor histórico, algo muy distinto de un objeto viejo.
-¿Hay gente que pueda estar interesada en comprar o coleccionar mercancía no legal?
-Obviamente, en los tiempos que vivimos, pero eso depende de la ética y moral de cada uno. Ocurre también con ciertas especies protegidas de animales. Quien desea adquirir una mercancía no legal, del tipo que sea, debe saber primero a quién se debe dirigir y, si lo sabe un comprador, debería acabar por descubrirlo la policía. Acabar con estos canales «no legales» nos beneficia a todos. Todos debemos cumplir con las reglas, y conservarlas.
elvira mas presidenta de los anticuarios gallegos
«Una antigüedad contiene arte, otra cosa es un objeto viejo»