Una gallega ejerce de comisaria en el Guggenheim de Nueva York

CULTURA

18 may 2009 . Actualizado a las 10:14 h.

La del Guggenheim de Nueva York es la última de las paradas de una joven gallega de 28 años que desde hace tres trabaja en esta elitista y cosmopolita sala de arte contemporánea. Una experiencia que María Nicanor, cuyo origen familiar está enraizado a la orilla del Sil, en Castro Caldelas, tiene la satisfacción de coordinar en compañía de un equipo de comisarios entre los que se encuentra Bruce Brooks Pfeiffer, director de los registros de Frank Lloyd Wright, protagonista de la retrospectiva inaugurada el pasado jueves en esta sede neoyorquina diseñada hace 50 años por el mismo Lloyd Wright.

María Nicanor empezó sus estudios de gestión de museos de arte en la castiza Universidad Autónoma de Madrid, facultad que le sirvió para continuar sus estudios en la Universidad de la Sorbona de París antes de proseguir su formación al otro lado del Atlántico, concretamente en la Universidad de Boston. Una vez finalizado su aprendizaje le propició la incorporación profesional a los museos del Louvre y el Guggenheim, primero en la ciudad italiana de Venecia y después en Nueva York, ciudad en la que reconoce ?«sentirse muy satisfecha por el privilegio que supone trabajar en el Guggenheim». Nicanor regresa cíclicamente a su Galicia natal durante cada período vacacional, tierra que visitó por última vez el pasado mes de febrero en compañía de Margo Stipe, directora de la Fundación Frank Lloyd Wright, que coorganiza con la sala de arte esta exposición.

«Especificar el espacio, inventando de dentro para fuera es lo que más ha marcado a las promociones posteriores de su gremio. Frank Lloyd pensó siempre primero en las funciones antes de crearlas, valorando previamente a las personas que las habitarían y sin perder nunca la perspectiva del exterior», apunta ilusionada María Nicanor ante la repercusión que ha tenido la muestra más allá de la Gran Manzana.

Del Greco a Picasso

La de Frank Lloyd con motivo del 50 aniversario del Guggenheim es la segunda exposición en la que María Nicanor ejerce como componente de un equipo de comisarios. Este estatus laboral lo alcanzó hace tres años -recién aterrizada en la sala neoyorquina- en la muestra Del Greco a Picasso. tiempo, verdad e historia (El Greco to Picasso. Time, Truth and History), que supuso la primera revisión histórica del arte español en Estados Unidos, con cerca de ciento cuarenta pinturas entre las que se encontraban obras de Velázquez, el Greco, Murillo, Zurbarán, Goya, Miró, Juan Gris, Dalí o Picasso, entre otros. Un estreno como comisaria que compartió junto a Francisco Calvo y Carmen Giménez, y de la que reconoce que aprendió mucho «consiguiendo hacer vibrar la historia del arte, salvándola de prejuicios presentando el arte español con toda su historia y verdad frente al arte clásico y atemporal». A pesar del buen momento profesional y de la ciudad en la que vive, María Nicanor valora Galicia como un lugar al que siempre regresa, no solo para visitar a la familia, sino también para reencontrarse con sus orígenes.