Este grupo de amigos queda todos los jueves para puntuar en un Excel cada bar de Cambados

YES

MONICA IRAGO

Casi como Chicote. Han recorrido más de 100 bares para encontrar el mejor. Empezó como una broma y ya solo están a una decena

24 mar 2024 . Actualizado a las 12:41 h.

Que levante la mano el que no haya tenido una idea de bombero en una quedada con amigos. La mayoría de las veces, cuando cada uno emprende el camino de vuelta a casa muere la idea, pero María Agra, David Lago, Clara Fernández, Jonás Montes y Vítor Vázquez decidieron ir más allá. «Unha tarde de cañas pensamos en que estaría ben probar outros sitios, porque sempre imos aos mesmos bares», relata Vítor, uno de los ideólogos que, animado también porque uno de los miembros del grupo, se acababa de mudar a Cambados, pensó que estaría bien hacer una ruta por todos los bares de la villa. Sí, por todos y cada uno de ellos. Sin excepción. Comentándolo con los amigos empezaron perfilando algunos detalles y se pusieron manos a la obra. Acababa de nacer Xoves de bares. Ya tenían el nombre, pero faltaban las reglas, que rápidamente desarrollaron. Solo había tres: cada jueves tendrían que visitar, al menos, tres locales de la lista; siempre acudirían cuatro personas como mínimo y recogerían toda la información del local en una libreta con su correspondiente puntuación.

Desde el 6 de octubre del 2022, cuando iniciaron su particular ruta gastronómica, han visitado ya 118 establecimientos y reconocen que un año y medio después solo les queda algo menos de una decena por valorar. En su recorrido han contado también con la compañía de más personas de su círculo. «De primeras nos decían que estábamos mal de la cabeza, pero al final veían que lo pasábamos bien y se fueron animando», cuenta María. «Lo bonito fue empezar los cinco, pero que se fuera uniendo la gente», continúa. Y tanto que se fueron sumando. Además de los cinco componentes originales, en su ruta acabaron acompañándolos 38 personas más entre unos bares y otros. ¿Y cómo lo saben? Porque han ido registrando todos estos pequeños datos para hacer un diario y poder recordar todo lo que pasó cada día.

«En la libreta apuntamos: nombre y dirección del bar, la hora a la que entramos y salimos, el día que fuimos, quiénes estábamos y si ponían tapa», enumera Jonás. A mayores, se hacían una foto que pegaban en el papel, así como el ticket con las consumiciones. «Non en todos os bares dan recibo, así que temos ata os prezos apuntados nunha servilleta», cuenta Vítor entre risas. Y, por supuesto, no podían faltar las anotaciones y las puntuaciones. Reconocen que en esa parte eran totalmente subjetivos, «porque cada uno valora más diferentes cosas, como que la cerveza esté fría o el tipo de pincho que te dan», pero siempre incluyen el estado del baño, ya que lo consideran «muy importante a la hora de ir a un bar». En ese preciado libro está, por ejemplo, aquel jueves de diciembre en el que consiguieron reunirse 15 amigos para hacer su particular peregrinación. Según sus anotaciones de ese día, uno de los bares tenía «buena selección musical», aunque con el café no les pusieron «nin unha ghalletiña». Son tan detallados con sus comentarios que reconocen que a veces no les llega el folio para apuntar todo, pero es un gran recuerdo para ellos. «Pasado el tiempo lo lees y te acuerdas de lo bien que lo pasaste», apuntan.

Nueva clientela 

En su recorrido han visitado locales de todo tipo: restaurantes, cafeterías, bares y, como no podía ser de otra forma en su zona: furanchos. «Un día fuimos a uno que, claro, era la casa de una persona. Tuvimos que entrar por la cocina, y estaban ahí sentados jugando la partida», cuentan como una de las múltiples anécdotas que se encontraron en todo el recorrido. Pero no es la única. Reconocen que, siendo de un concello mediano, acaban siempre «yendo a los mismos tres bares», por lo que cuando aparecen por un local nuevo notan cierto asombro, sobre todo también cuando van a los locales de parroquias. «Se llegaron a pensar que éramos de inspección», relatan cómicamente. Y es normal, ¿qué van a pensar de un grupo de personas que aparece por primera vez en un sitio y se ponen a tomar notas en una libreta? Muchas veces, ante la incertidumbre de los camareros, les explicaron cuál era su misión. «A muchos les hacía gracia», comentan, y hasta creen que les llegaron a poner mejor pincho para que les pusieran una nota más alta.

Diario de recuerdos. No podía faltar la libreta en sus quedadas. Ahí apuntan todos y cada uno de los detalles del local que visitan. Una vez pasados los días copian, esa información en una hoja de cálculo para tener los datos a resguardo, ya que no es la primera vez que se alarga la tarde y el papel queda adornado con manchas de vino o grasa. Aunque los organizadores originales son cinco, sus amigos se fueron animando, llegando a juntarse 15 un mismo día.
Diario de recuerdos. No podía faltar la libreta en sus quedadas. Ahí apuntan todos y cada uno de los detalles del local que visitan. Una vez pasados los días copian, esa información en una hoja de cálculo para tener los datos a resguardo, ya que no es la primera vez que se alarga la tarde y el papel queda adornado con manchas de vino o grasa. Aunque los organizadores originales son cinco, sus amigos se fueron animando, llegando a juntarse 15 un mismo día. -

Esta excursión por nuevos locales los ha llevado a frecuentar ahora sitios que nunca habían pisado. «Un local lo conocimos gracias a esto, y ahora vamos bastante», reconocen. Esta iniciativa los ha destinado también a diversificar sus gastos. Mientras antes dejaban siempre el dinero en los mismos bolsillos, con Xoves de Bares se han dejado más de 1.800 euros repartidos por más de 100 bares que «de otra forma no habríamos pisado nunca», confiesan. «Con esto también aportamos a la economía local», resume David tras echar las cuentas.

¿Cuál es el mejor?

Aunque no han acabado de probar todos los bares, María, Clara, David, Jonás, Vítor (y todos sus amigos invitados) ya nos pueden adelantar los tres primeros puestos de la lista, aunque sea de forma provisional. En tercer lugar, con casi un 9 de nota, colocan el Parador de Cambados. El segundo puesto lo ocupa, con un 9, la vinoteca Ribeira de Fefiñáns. Y, por último, la victoria se la lleva momentáneamente el bar Catro Camiños, rozando casi la perfección con 9,8 puntos de media, valorando muy positivamente que les dieron dos tapas «muy ricas» con la consumición. Sin embargo, reconocen que si volvieran ahora a todos los sitios, cambiarían muchas puntuaciones. «Cuando empezamos valorábamos muy arriba, y nos fuimos haciendo más estrictos con el paso del tiempo», matizan. Los 118 locales acumulan una nota media de 6,3 puntos, pese a que algunos han cosechado un bajo 2,5. Eso sí, sobre los suspensos se acogen al derecho a no declarar.

Ahora solo les queda menos de una decena de paradas en su particular reto, ¿pero qué harán cuando visiten todos los locales? No descartan hacer una segunda vuelta por todos los sitios, pero primero, estos cambadeses recorrerán un último jueves los tres locales mejor puntuados y los agasajarán con «una medallita o algo así». Además, como si de una entrega de premios oficial se tratase, piensan hacer un pequeño in memoriam «en recuerdo de todos los bares que fueron cerrando a lo largo del camino». Preguntados por si darán un salto con la idea a redes sociales, aseguran que lo pensaron, pero que lo descartaron, ni aunque eso implicara que les salieran las visitas gratis como auténticos influencers. «Yo creo que no les compensaría invitarnos», comenta María mientras ríe.

Pero, aunque ya no les queden cafeterías por visitar, no quieren perder la tradición de probar cosas nuevas, así que quizá se aventuren a probar restaurantes locales, «pero uno cada día, que cenar tres veces todos los jueves no es buena idea», apuntan entre risas. Siendo de Cambados no les parece mala idea hacer «una ruta de furanchos», o quizá ahora intenten encontrar «las mejores hamburguesas o tortillas». Lo que está claro es que ya no necesitan más excusas para juntarse y pasar un buen rato entre amigos.