Las campanadas del destape

b. pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Antena 3 y Telecinco invocan a la carne para competir con el solvente clasicismo de La 1

02 ene 2016 . Actualizado a las 12:21 h.

Dos décadas cumplió Ramón García de su primera retransmisión de las campanadas desde el balcón mejor orientado al reloj de la Puerta del Sol y esa veteranía lo convierte en una autoridad. Con ese bagaje, el hombre de la capa pudo confirmar que esta Nochevieja ha sido la más cálida de su trayectoria en el mirador. «Las mujeres lo notamos porque tenemos menos ropa», confirmó Anne Igartiburu, otra veterana en esta ventana, que fue, con su vestido rojo Caprile, la más tapada de la noche.

En un intento de derrotar al solvente clasicismo de La 1, las dos generalistas privadas se lanzaron a mostrar toda la carne permisible en una medianoche de audiencia intergeneracional. Después del bombazo que supusieron el pasado año las transparentes intenciones de Cristina Pedroche, ella y su nuevo semidesnudo fueron adoptados por Antena 3 en un intento por alcanzar ese segundo puesto que ostenta Telecinco. Siguiendo una hoja de ruta hasta ahora efectiva, lució todavía menos ropa que el año pasado, amenazando con instaurar así una nueva competición televisiva. Viendo su imperio amenazado, Telecinco salió a por todas, a defender su plaza con un cuarteto de presentadores con la lencería roja más rumbosa del catálogo nacional. Con el país inmerso, como predican algunos, en una segunda transición, no sería extraño temer que se avecina también un segundo destape audiovisual.

Si alguno pensaba dejar el tema político al margen de la conversación en aras de la paz familiar, el especial de José Mota arruinó sus planes, porque sus mejores gags recorrieron todo el escalafón, desde la monarquía al diputado apalancado en su escaño, los pactos electorales, las pensiones y la privatización de la sanidad.

Por primera vez, Pocoyó se sumó este año a la retransmisión de las campanadas con un didáctico videoclip que explicaba a los niños cómo comer las uvas sin confundirse con la bajada del carillón y los cuatro cuartos. Una letanía comprensible en el canal Clan, pero que, décadas después del error de Marisa Naranjo, las retransmisiones para adultos todavía no han logrado superar.