Tromba marina frente a Fisterra

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

MAR DA ARDORA

Este fenómeno meteorológico fue fotografiado a unas dos millas de distancia de la costa, frente al Cabo da Nave

19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En el hotel Mar da Ardora de Fisterra fotografían todos los días la puesta de sol, y este fin de semana recogieron una espectacular tromba o manga marina, un fenómeno meteorológico más común y menos peligroso que los tornados, pero igual de imponente.

Esta tromba marina fue fotografiada a unas 2 millas de distancia de la costa, frente al Cabo da Nave. Ángel Manuel Rivas Santamaría, del hotel Mar da Ardora, fue quien capturó la imagen en su rito diario de fotografiar el ocaso desde su establecimiento. «Foi entre lusco e fusco, non se vía moi ben, pero a verdade é que nos impresionou a cantidad de auga que levantou. Sorte que non ven a terra, porque non sei o que podería facer», explicaba Rivas sobre el fenómeno meteorológico.

Pero, ¿qué es exactamente una tromba marina? Se trata de un embudo con intenso vórtice o torbellino que ocurre sobre un cuerpo de agua, y que, habitualmente, aparece conectado a una nube de tipo cumuliforme. 

Según explicaba Francisco García, meteorólogo de la Aemet, en una entrevista en el 2013 en La Voz de Galicia, estos fenómenos son «en general, muy débiles y efímeros, que duran 20 o 40 segundos, y no se forma de una nube, aunque pueden juntarse a una, de ahí su aspecto similar al del tornado». «El tornado, en cambio, es un movimiento giratorio del viento que cuelga del interior de una nube de tormenta, siempre lleva asociada una tormenta y, dependiendo de la fortaleza de esta, el tornado, cuando toca tierra, si la toca, puede ser de categoría 0 o de más intensidad, en función de los daños que cause», aseguraba García. 

Lo normal y habitual es que las trombas se deshagan en el mar, tal y como ocurrió con la registrada el sábado frente al Cabo da Nave. María Souto, de Meteogalicia, explicaba a La Voz de Galicia en el 2013 que su penetración en tierra «es limitada» ya que el aire caliente y húmedo del que se alimentan disminuye al contactar con el suelo. Sin embargo, pueden llegar a tierra, tal y como ocurrió en marzo de aquel año cuando varios tornados azotaron la costa atlántica de Galicia