A pesar de las prohibiciones, Uber no ha dejado de crecer desde 2011

EFE

SOCIEDAD

Marcelo del Pozo | Reuters

10 dic 2014 . Actualizado a las 16:19 h.

La plataforma Uber para gestionar la contratación de vehículos en la ciudad a través del móvil, a pesar del cese cautelar y las protestas, continúa presente entre las aplicaciones de consumo colaborativo desde 2011.

Criticada y sancionada, Uber ha sido demandada hoy por los fiscales de distrito de San Francisco y Los Ángeles, en el estado de California y ayer, el juzgado mercantil número 2 de Madrid ordenó el cese cautelar de actividades y la prohibición de la aplicación.

La aplicación Uber y su servicio UbuePOP, desembarcó en España el pasado abril en Barcelona, después en Madrid (septiembre) y más recientemente en Valencia (octubre), tras operar en varios países, en pleno auge de las «apps» de ahorro para el ciudadano.

Con sede en San Francisco (EEUU), Uber fue creada en 2009 por los jóvenes Travis Kalanick y Garret Camp, en 2011 salió en Estados Unidos, ofreció sus servicios en París y un año después, se puso en marcha en Toronto y Londres.

Se ideó como un servicio para atender la demanda de transporte por encargo a través de una aplicación de teléfono móvil o tableta.

Está presente en 52 países y, a pesar del éxito entre la población, se ha encontrado con una marcada oposición en el sector del taxi y el transporte en diferentes ciudades.

En Francia se aprobó una norma que regula estos servicios para proteger al sector del taxi. En enero se aprobó una ley que obliga a los conductores registrados en aplicaciones como Uber a esperar 15 minutos antes de recoger al cliente.

En abril, Bélgica fue el primer país en prohibir la aplicación, por no cumplir las leyes que regulan los servicios de taxi.

En Holanda, el pasado 8 de diciembre, la justicia prohibió el servicio de Uber, por considerarla ilegal, con multas que pueden llegar hasta 100.000 euros.

En Estados Unidos, en Seattle o Nueva York la policía puede retener e imponer sanciones a los conductores, y en San Francisco y los Ángeles están prohibidas este tipo de aplicaciones.

En Tailandia se ordenó su suspensión, al igual que otras empresas como GrabTaxi y EasyTaxi.

En la India, el 8 de diciembre, el Departamento de Transporte de Nueva Delhi prohibió también la actividad de Uber después de la denuncia de una mujer que había sido violada por un conductor de la plataforma y de que el acusado fuera detenido.

Frente a su expansión, los profesionales del mundo del transporte, sobre todo del taxi y autobuses, continúan expresando su rechazo.

El 11 de junio se registraron las primeras protestas en Madrid, con paros que se repitieron el 1 de julio, tanto en Madrid como Barcelona.

Dos días después, el ministerio de Fomento expresó que velaría por el cumplimiento de la legislación española, por la que quienes den servicios sin autorización cometen una infracción muy grave sancionable con multas de entre 4.001 y 6.000 euros, que podrían aumentar hasta 18.000 en caso de reiteración.

También pueden ser sancionados los usuarios que contraten los servicios de transportistas no autorizados, con multas de entre 401 y 600 euros.

No obstante, la Comisión Europea (CE) señaló que las decisiones sobre servicios de transporte compartido no profesional, como Uber, están dentro de las competencias de los Estados miembros.

La comisaria de Agenda Digital, Neelie Kroes, se mostró en contra de la prohibición en su blog.

En Madrid, Uber comenzó a estar operativa el 23 de septiembre. Las tarifas dependen de la ciudad y del trayecto, en el caso de la capital española, según la página de la aplicación, el coste de inicio es de 1 euro.

En Uber, el conductor recibe una cantidad con un descuento de un 20%, que es la suma que se queda la aplicación por poner en contacto coches y clientes. Otras plataformas tecnológicas similares son Cabify, con sede en Madrid desde 2011, así como Blablacar.