Merkel cree que el escándalo del obispo de Limburgo es «una grave carga» para los católicos

Juan Carlos Barrena COLPISA

SOCIEDAD

El papa Francisco llama al presidente de la Iglasia alemana para hablar de Tebartz van Elst

14 oct 2013 . Actualizado a las 23:38 h.

El caso del obispo despilfarrador de Limburgo, Franz-Peter Tebartz van Elst, se ha convertido ya en cuestión de estado en Alemania. Hasta ahora siempre discretamente al margen de las cuestiones de la Iglesia, la canciller federal, Angela Merkel, ha intervenido para expresar su preocupación por un escándalo que se ha convertido en «una grave carga» para los católicos.

La canciller «no tiene que dar, por supuesto, indicación o consejo alguno», pero espera que «se encuentre una solución para los fieles, para la recuperación de la confianza de la gente en su iglesia», dijo ayer su portavoz oficial, Steffen Seibert, en rueda de prensa, en la que subrayó que en el obispado de Limburgo «ha surgido una situación que cualquiera reconoce como difícil»

El interesado, entre tanto, viajó este fin de semana a Roma de manera inesperada para realizar consultas en el Vaticano, donde podría coincidir con el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, el arzobispo de Friburgo, Robert Zöllitsch. Mientras este último tiene prevista una audiencia con el papa Francisco en la que abordará el futuro del polémico obispo, Tebarz van Elst se ha presentado en la capital italiana a la brava, seguramente para intentar defenderse de las acusaciones en su contra. Medios alemanes aseguran, no sin cierta sorna, que en un ejercicio de humildad inhabitual para él tomó para trasladarse a Roma un vuelo en la compañía de bajo coste Ryanair

La ostentación y el derroche del obispo de Limburgo, que ha gastado en la renovación de su residencia oficial más de 31 millones de euros, frente a los 5,5 millones presupuestados inicialmente, le ha costado hasta ahora la apertura de sendos sumarios ante las fiscalías de Hamburgo y de su ciudad episcopal. En Hamburgo, por declarar en falso y bajo juramento en acta notarial que no realizó un viaje pastoral a la India con un billete de primera clase. La fiscalía local le acusa de mentir en unas declaraciones al semanario Der Spiegel en las que aseguró que aquel viaje lo hizo en clase 'business'. De prosperar la denuncia, el obispo podría dar incluso con sus huesos en la cárcel.

Acusado de malversación

Además, se enfrenta en Limburgo a denuncias judiciales de varios parroquianos que le acusan de malversación de fondos y prevaricación por el derroche en los arreglos de su residencia, con partidas de 800.000 euros para su jardín o 15.000 euros para su bañera, entre otros muchos aires de grandeza. Su despilfarro ha provocado apostasías en masa de fieles de la diócesis como protesta

Desde Roma, Zöllitsch aseguró que actuará «lo más rápido posible» en el caso Tebarz van Elst, ya que está en juego «la credibilidad de la Iglesia». El presidente de la Conferencia Episcopal alemana reclama que el interesado responda a las acusaciones en su contra con «la debida sobriedad y autocrítica». También llamó, sin embargo, a evitar actuaciones precipitadas contra Tebarz van Elst y pidió que se espere a los resultados de la comisión del obispado de Limburgo encargada de estudiar el coste real de la renovación de la residencia episcopal

Pese a todo, no se esperan novedades en ese sentido. El arquitecto del centro diocesano de Limburgo, Michael Frielinghaus, ha declarado que el obispo supo desde el principio «el gasto que le esperaba», la obra se desarrolló «según los planes previstos» y «no hubo sorpresas» presupuestarias.