Una bici sin ruedas ni pedales para volar sobre el agua

b. antón FERROL / LA VOZ

SOCIEDAD

Ángel Manso

Una escuela de actividades marítimas de Ferrol trae a Galicia la primera «waterbird»

01 feb 2012 . Actualizado a las 13:10 h.

No tiene ni ruedas ni pedales, pero en España ya se la conoce como bicicleta acuática. La waterbird, también llamada aquaskipper o seascooter, es un artefacto de aluminio y fibra de vidrio «muy ligero, que se propulsa únicamente con el movimiento del cuerpo humano y que puede llegar a alcanzar una velocidad de 14 nudos [unos 27 kilómetros por hora], lo que es una auténtica barbaridad».

La explicación sale de boca de Marcos García, director de la escuela ferrolana de actividades marítimas El Galeón, quien desde hace dos semanas ofrece sesiones gratuitas para probar este nuevo y curioso vehículo acuático en el muelle de la ciudad naval. «Un amigo mío me enseñó un vídeo de unos chinos que se movían por el agua con estas bicicletas y me parecieron tan divertidas que decidí comprar una por Internet», explica García.

El caso es que las sesiones están teniendo tan buena acogida que este joven empresario ya ha encargado otras diez waterbirds y, en los próximos meses, espera poder ofrecer cursos especializados, además de establecer puntos de alquiler en diferentes localizaciones del municipio. «Hemos presentado el proyecto en el Concello para ver si pueden colaborar, y en principio parece que están interesados», comenta ilusionado.

El director de El Galeón explica que el funcionamiento de estas bicicletas acuáticas es muy sencillo. Para deslizarse sobre ellas basta con dar pequeños saltos, balanceándose ligeramente con el cuerpo, al igual que hacen los renacuajos para saltar sobre las charcas. «Yo siempre digo que, más que fuerza, lo que hace falta es tener maña para el balanceo; es algo así como bailar el reggaeton, porque tienes que seguir el mismo ritmo y también resulta muy divertido», apunta García.

En opinión de este monitor, la waterbird tiene muchas posibilidades de ponerse de moda en las playas y rías gallegas, compitiendo con las tradicionales pedaletas, porque tiene «muchísimas ventajas». «No contamina, es muy ligera y, además, se pueden plegar, por lo que su transporte resulta muy sencillo», explica entusiasmado.

En España, según anota García, estos artefactos se están empezando a utilizar en Levante, mientras que en Galicia su presencia es anecdótica: «Por lo que sé, somos la única escuela que tiene estas bicicletas».