Tito: «Amo el espacio»

AGENCIAS MOSCÚ

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El primer turista espacial llegó exultante y sin contratiempos a su ansiado destino El turista espacial Dennis Tito cumplió hoy la segunda parte de su sueño: entrar en la Estación Espacial Internacional. El multimillonario estadounidense entró en la que será su residencia durante seis días a las 11:31 de la mañana de ayer -hora española-, hora y media después de que el cohete «Soyuz» se acoplase a la estación orbital. Jaleado por sus dos compañeros de viaje y por los tres inquilinos, un Tito exultante dejó unas palabras de amor hacia el mundo y el espacio, al estilo de la ceremonia de los Oscar.

30 abr 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Pulgar en alto, amplia sonrisa y ojos brillantes. Borracho de felicidad, Tito comenzó su discurso de agradecimiento desde la estación Alfa con un sencillo «I love you» («os quiero»), dirigido a los ingenieros rusos que lo observaban desde el Centro ruso de Control de Vuelos Espaciales (TSOUP), Nikolai Kriuchkov. Instantes después de estrenar el que será escenario de las vacaciones más caras de la Historia, el primer turista espacial se reveló como un torrente verbal. Fruto de la emoción de ver cumplido su sueño de toda una vida, Dennis Tito se creció y dejó para el recuerdo frases como «Esto un superviaje. No veo qué quieren decir con esa historia de adaptación a la vida en el espacio. Yo ya estoy adaptado. Amo el espacio». Mareos en el viaje Las palabras del millonario estadounidense venían a desmentir los rumores extendidos por el canal ruso NTV, que aseguró que durante las primeras horas de vuelo, tras el despegue del pasado sábado, Dennis Tito, de 60 años de edad, sufrió nauseas. La agencia espacial rusa no ha confirmado este contratiempo y todo parece ir según lo previsto en la Expedición de visita. Los anfitriones, el ruso Yuri Usachiev y los estadounidenses Susan Helms y James Voss, felices por tener invitados, y éstos relajados ante una misión sin complicaciones. Expectativas Dennis Tito, tendrá el único encargo de tomar fotos del espacio con un equipo ultramoderno. Sus movimimientos serán vigilados en todo momento. Por los rusos, que consideran que el éxito de la experiencia supondría un espaldarazo a su programa espacial; y por los norteamericanos, que estarán atentos al más mínimo fallo en la misión para vetar a futuros turistas. La Nasa teme que Rusia recurra a menudo a este tipo de viajes para financiar su sector espacial.