Lupe Rodríguez, responsable de las bibliotecas públicas de Santiago: «Me gustan el asociacionismo, las personas y esta forma de hacer ciudad»

irene martín SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Señala que hay una docena de clubes de lectura en los centros socioculturales

29 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha dedicado su vida a la intervención social y, al volver la vista atrás, se confiesa feliz. Guadalupe Rodríguez Silva (A Estrada, 1961), tras licenciarse en Psicología, se embarcó en un proyecto universitario de educación social dirigido a colegios e institutos: «Fue una experiencia muy rica, porque comprobamos que los jóvenes gitanos podían acabar sus estudios y sentirse útiles». Posteriormente, siendo alcalde Xerardo Estévez, el regidor la llama para encomendarle el impulso a la incipiente red de centros socioculturales que se había iniciado con el recinto de Vite, incorporándose ella al centro de Conxo, que se inauguró en 1993. «Aquella instalación se convirtió en un espacio abierto a la ciudadanía, los enfermos mentales, el asociacionismo. Todo lo que hacíamos era nuevo y yo estaba volcada y encantada. La respuesta de la gente del barrio fue increíble. Y desde ese centro cabecera fuimos impulsando el nacimiento de los demás hasta lograr la red que tenemos hoy», explica esta profesional, que también subraya el rescate de la figura de Aurelio Aguirre, poeta santiagués y uno de los promotores del histórico y reivindicativo Banquete de Conxo que se celebró en 1856, para bautizar la infraestructura con su nombre.

A principios de la centuria el alcalde Bugallo le encarga la puesta en marcha del centro sociocultural de As Fontiñas. «Mientras Conxo es un barrio tradicional, con sus costumbres, fiestas y tradiciones, Fontiñas era un barrio nuevo, donde el tejido social estaba por hacer. Habían llegado muchas familias gitanas, así que también diseñamos un proyecto de integración que funcionó muy bien, gracias a la implicación de los centros educativos, la parroquia, Cáritas, las policías, los servicios sociales del Concello, etcétera. Entre las muchas actividades que se hicieron, recuerdo con agrado la semana de la cultura gitana. Y allí también se creó el primer club de lectura», señala la que hoy es responsable de las bibliotecas municipales (As Fontiñas, Vite, Conxo y Santa Marta) y, por tanto, de sus respectivos clubes de lectura, que son una docena repartidos por distintos centros socioculturales, agrupando a unas 120 personas.

Desde la apertura del centro sociocultural del casco histórico (Praza de Salvador Parga) en el 2022, Lupe está al frente de la instalación cuyo nombre, Maruxa e Coralia, hace referencia a las populares hermanas que se convirtieron en un símbolo del paisanaje compostelano en la segunda mitad del siglo pasado. «Es un centro en el corazón de la ciudad, bien diseñado y con espacio verde para actividades al aire libre. Estamos a pleno rendimiento. Además del club de lectura, tenemos escritura creativa, talleres diversos, exposiciones y cedemos salas para alguna actividad ciudadana. Hay varias familias que se han apuntado a un curso de cocina. Y en carnaval volveremos a organizar nuestra propia comparsa disfrazándonos de Maruxa y Coralia, y de personas de la sociedad de la época», avanza con orgullo.

Su experiencia la lleva a afirmar que la gente busca encontrar personas con las que sentirse identificadas, hacer grupo. «Por aquí vienen personas solas a leer el periódico o su libro electrónico. También se sientan ante un pecé. Les gusta que les des los buenos días, pero veo que les encanta que les escuches su historia de vida», añade Rodríguez Silva, que también recibe alumnos de prácticas de Psicología. «Creí que acabaría dando clases o dedicándome a la psicología clínica, pero mis aspiraciones están colmadas. Me gustan las personas, el asociacionismo y esta forma de hacer ciudad», concluye.

La lectura es su afición, así que ahora le toca afanarse con las obras finalistas del Premio de Novela Europea Casino de Santiago, con el que colabora el Concello de Santiago a través de sus círculos de lectura.