Un capo de la heroína se defiende en un juicio en Ourense: «Me retiré de la droga, ahora vendo berberecho»

Marta Vázquez Fernández
Marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Los acusados, en la primera sesión del juicio en la Audiencia
Los acusados, en la primera sesión del juicio en la Audiencia Santi M. Amil

La Fiscalía acusa narcotraficante Javillo de liderar una red de tráfico de heroína, cocaína y hachís que operaba entre Ourense y Pontevedra

03 oct 2023 . Actualizado a las 09:26 h.

En el mes de diciembre del año 2021 funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Ourense, en colaboración con agentes de la Guardia Civil de Ourense y Pontevedra, y de Policía Nacional, explotaron una operación en la que llevaban meses trabajando. En el dispositivo —denominado Reditus y dirigido por el Juzgado de Instrucción número 2 de la ciudad de As Burgas— los uniformados arrestaron a un conocido narco gallego que, tras haber sido condenado a 8 años de prisión por tráfico de drogas, llevaba meses en situación de busca y captura. Era Francisco Javier Janeiro Rodríguez, apodado Javillo.

Los funcionarios lo capturaron unto a su mujer en lo que parecía ser una operación para comprarle cinco kilos y medio de heroína a un suministrador de origen colombiano. Habían quedado en una gasolinera de Sanxenxo y allí fueron arrestados Javillo, su esposa y el presunto proveedor. En el coche de este último, oculta en el airbag del asiento del copiloto, se encontró la droga. En manos de Javillo se incautaron 3.000 euros.

Aquel dispositivo se prolongó durante varios días y supuso el arresto de once sospechosos, además de la localización de importantes cantidades de hachís, cocaína y marihuana. Nueve de ellos se sientan desde este lunes en el banquillo de acusados de la Audiencia Provincial de Ourense. La Fiscalía pide penas que van desde los cuatro hasta los ocho años de prisión, además de multas de hasta 50.000 euros, sospechando que formaban parte de una banda criminal dedicada al tráfico de estupefacientes.

La droga, presuntamente, se importaba y posteriormente se almacenaba en garajes de seguridad tanto de Ourense como de Pontevedra, para su posterior distribución a diferentes traficantes de ambas provincias. En la parte más alta de la presunta red ilegal los investigadores y la fiscalía sitúan a Javillo, un arousano de 56 años afincado entre Ourense y Sanxenxo, que ya había sido arrestado en otra operación antidroga desarrollada en la capital apenas dos años antes.

Pero el conocido narco, que fue trasladado al juicio desde la cárcel, asegura que cuando tuvo lugar la operación Reditus él ya estaba fuera del negocio. En su breve declaración ante el tribunal de la Audiencia que se encarga de juzgarlo, y contestando solo a las preguntas de su abogada, fue categórico: «Yo me retiré», aseguró. Así explicó que tras recibir la sentencia de la Audiencia Nacional se puso enfermo y fue operado en dos ocasiones de problemas de corazón. «A raíz de eso me dediqué primero a la compraventa de coches de segunda mano por internet, y luego a la venta de berberecho para restaurantes», dijo, asegurando que en la trama que ahora se enjuicia nunca participó.

En relación al día de su arresto, el 8 de diciembre del 2021, alegó que había ido a la estación de servicio de Sanxenxo para desayunar con su actual exmujer, Rosa R. V. «Ella fue la que me dio los 3.000 euros para que pagara el alquiler de la casa», dijo en relación al dinero. También explicó que era su suegra la que arrendaba la vivienda de la playa para que toda la familia pudiera ir allí a veranear —en esa vivienda se localizaron 130 gramos de heroína— y negó haber hecho intercambio alguno con el colombiano arrestado aquella mañana.

La exmujer de Javillo corroboró esta versión. Ella negó también haberse dedicado a la venta de sustancias y reiteró en varias ocasiones su condición de «drogadicta». «Yo la droga la compraba, no la vendía», dijo. Siguiendo la misma línea de defensa el hijo del matrimonio, Miguel Ángel J. R., dijo haber tenido distintos trabajos, ninguno ilegal. «Esto es una persecución hacia mis padres y hacia mí», afirmó, explicando que su madre vivió durante muchos años de limpiar casas y que ahora se dedica a cuidar a su progenitora.

Otros cuatro de los acusados en este asunto negaron también tener relación con el transporte, almacenaje o venta de droga, si bien dos de ellos sí admiten los hechos que se les atribuyen. Es el caso de Libaniel M. G., que se confesó «arrepentido» de haber realizado varios desplazamientos para hacerse con droga que luego vendería a la trama. También admitió los cargos Andrés C. H., el colombiano al que incautaron la heroína el día del arresto en Sanxenxo.

En las cuestiones previas la defensa de varios de los acusados aludió a la nulidad de las actuaciones, asegurando que la operación empezó con otros sospechosos y que se vulneraron derechos fundamentales al pinchar los teléfonos. La presidenta del tribunal avanzó que se valorarán estos argumentos en sentencia. El juicio continuará este martes con la declaración de los investigadores policiales.