La asociación de Mulleres Rurais de Ribadavia preparó varios de los adornos que se ven por la villa
11 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.No hay pueblo, parroquia o barrio que se precie que empiece la Navidad sin haber decorado parte de sus espacios públicos. Mientras en las grandes villas se baten a duelo por tener el árbol más grande, el belén más real o el mayor número de luces led, hay lugares en donde todavía se conserva la tradición de reunirse entre amigos y vecinos para preparar de forma manual la decoración, aprovechando los recursos del territorio, para dar un color especial y distintivo a estas fiestas.
Uno de estos lugares es Ribadavia, en donde un grupo de mujeres comenzaron hace semanas a preparar, una a una y a mano, los adornos que estos días disfrutan los vecinos en diferentes espacios de la villa. Son las integrantes de la Asociación de Mulleres Rurais. Tres semanas antes del pistoletazo de salida a las fiestas, se reunieron varios días por las tardes para comenzar con los trabajos manuales. «Facemos unhas grilandas de verde con tulla e con magnolio e metemos un lazo vermello no medio e piñas. Tamén fixemos uns gnomos que levan gorro e unha nariz. Puxemos as decoracións en moitos sitios da vila, na estrada do Carballiño e polo pobo adiante», explica Loli, una de las integrantes.
Llevan varios años colaborando con el Concello de Ribadavia para dar el toque tradicional a estas fiestas. Intentan que todos los años haya algo diferente, aunque siempre lo hacen con materiales que recogen de la naturaleza, como se ha hecho siempre. En total suelen preparar alrededor de doscientos objetos decorativos. «Só na ponte de San Francisco puxemos unhas cincuenta de cada lado, unhas cen en total. Esas son as grandes, logo temos decoracións un pouco máis pequenas que imos metendo en certos lugares, como farolas...», añade.