Un futuro glorioso para Galicia

OPINIÓN

XOÁN REY

26 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Alguna vez he pensado que la teoría esencial de la democracia, que implica la alternancia de los partidos en el poder, de acuerdo con las determinaciones periódicas de los electores, podría resumirse en un refrán muy español -«no hay mal que cien años dure»- que tendría que ser citado exactamente al revés: «no hay bien que cien años dure». Porque de esta forma dejaríamos claro que el poder desgasta; que a pesar de la ingeniosa y celebrada frase de Andreotti, desgasta mucho más a quien lo ejerce que a quien espera paciente y diligentemente su turno, y que por eso no cabe imaginar un Gobierno que, por bueno que sea, y por más eficiente que se muestre, no acabé enfadando o aburriendo a los ciudadanos, y sea conminado a entregar el poder a su alternativa.

Así las cosas, es evidente que la larga parrafada anterior fue escrita para poder decir, sin ser mal interpretado, que estoy seguro de que el Partido Popular dejará de gobernar Galicia -porque no hay bien que cien años dure- antes del 2109, y que, si todo va según lo previsto, y la genética le gana la batalla a la muerte, veremos a Ana Pontón gobernando nuestra matria con una coalición nacionalista y sideral, de corte secesionista, en la que el BNG mantendrá la idea de que la globalización solo se puede gobernar desde la perspectiva tribal, y el PSOE de Gonzalo Caballero aportará la perspectiva feminista y ecologista que Sánchez está trabajando. Y por eso dediqué el pasado fin de semana a meditar sobre la Galicia que nos espera, para podérsela desvelar con pelos y señales.

Reconozco, sin embargo, que mi saber de politólogo, con un máster de profecía civil, no me dio para tanto. Pero cuando estaba a punto de rendirme, decidido a hablar -¡por fin!- de la influencia de la Gürtel en la subida de la factura eléctrica, tema que nadie ha tratado aún, salieron en mi ayuda Ana Pontón y Oriol Junqueras, que por estar en el ajo, y moverse en un horizonte más joven, más progresista y más feminista que el mío, acaban de poner negro sobre blanco el ilusionante futuro que nos espera, y que, si bien lo entendí, será este: una república independiente de la España de incienso y cante jondo que ahora nos oprime, bien asentada en la izquierda desinternacionalizada -su himno no será La Internacional, sino La Etnia Soberna- al estilo gauche divine, y con unas inspiradoras y solidarias relaciones internacionales compartidas por todos los partidos que hicieron el Camino de Santiago para celebrar con nosotros el Día da Matria Galega de 2021, cuya nómina es la siguiente: ERC, EH Bildu, Sortu, Cup, Sinn Féin, Bloco de Esquerdas y… otras fuerzas europeas.

Para cerrar el inspirador acto que les relato, y poner la guinda a la Galicia que nos espera, Ana Pontón -ideóloga principal y anfitriona del acto- afirmó que «as forzas soberanistas son as auténticas defensoras da democracia fronte ao madridcentrismo que quere facer unha caricatura de nós». Se ve que la heroica familia nacionalista, cuya identidad se basa en pertenecer a un país despreciado y amenazado por los poderosos, ya tiene dos guerras para ganar, una contra el Estado y otra -¡vaya por Dios!- contra la Comunidad de Madrid.

Por eso les pido que duerman tranquilos, porque la democracia estará, antes del 2109, en las mejores manos.