08 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

NO SE puede negar que la política española es muy entretenida y contradictoria. El ministro Caldera está empeñado en obligar a las empresas a tener un consejo de administración paritario, mitad de hombres y mitad de mujeres. Y no en forma de recomendación o de sugerencia, sino de forma obligatoria. La paridad obligada legalmente. Al mismo tiempo, en Cataluña se concede la adopción de un niño a una pareja de homosexuales. Es decir, en el caso del matrimonio no se obliga a la paridad, que es el ámbito en el que la naturaleza sí lo requiere. Por qué el consejo de administración de una empresa ha de estar formado por igual número de hombres y mujeres, que es una cuestión irrelevante, pero un niño huérfano no tiene derecho a ser criado y educado por un padre y una madre, que sí es muy relevante. En este caso de adopciones todo es más contradictorio, porque en España hay miles de familias paritarias esperando conseguir una adopción dentro de ese marco de la naturaleza. El consejo de administración se constituye de acuerdo a las mayorías de participación económica. La empresa va a ir bien o mal de acuerdo con la capacidad de sus gestores, no según sea igual el número de hombres y mujeres que la gestionen. Es cierto que muchos consejos de administración y muchas empresas irían mejor con una mayoría de mujeres, ya que gobiernan con más interés y con más detalle. Pero esto tampoco sería posible por la obligada paridad. Está claro que la calidad de hombre o mujer no es garantía de buena gestión. Se puede argumentar de igual forma que ser hombre o mujer no es garantía de buena gestión educativa en el hogar. Hemos tenido casos en Galicia en los que la madre no estaba capacitada para criar hijos. Sin embargo, esto no deja de ser una anomalía que va contra el instinto de maternidad y por lo tanto, contra la naturaleza. Lo normal, lo natural es que el nacimiento de un hijo requiera una madre, lo de un padre parece que lo están poniendo en cuestión algunos científicos. Sin ánimo de ofender a nadie ni de crear polémica con nadie, creo que ni el ministro Caldera ni el Gobierno al que pertenece están legitimados para obligar a la paridad en la composición de los consejos de administración, por lo menos mientras no exija la misma paridad a los matrimonios o a las parejas que quieran adoptar niños. En realidad, tampoco está legitimado para exigir paridad en las listas electorales ya que va contra la libertad de los partidos políticos. Qué pasaría si intentara obligar a esa paridad de composición en los claustros educativos o en las aulas universitarias. Muchas más cosas en este Gobierno son contradictorias, como rechazar a Blair por la guerra de Irak y ensalzarlo por la paz del Ulster. Pero esto ya es otra historia.