El rescate de la concesión minera de Fontao retoma su puesta en valor

P. V. LALÍN / LA VOZ

CULTURA

Industria concede seis meses a la empresa para activar o cerrar un espacio que aspira a convertirse en el gran parque temático industrial de Galicia

27 may 2014 . Actualizado a las 11:05 h.

La mina de Fontao, en Vila de Cruces, vuelve a entrar en ebullición, aunque ahora solo sea social. Detrás de esta nueva efervescencia está el interés en la puesta en valor de este patrimonio, retomar el proyecto del parque temático. La exposición pública del plan de ordenación (PXOM) cruceño propició un movimiento en las redes, dinamizado por Diego Casal, ingeniero de Minas y ex director del Museo de Fontao, reclamando al alcalde, Jesús Otero, y al Concello la protección de este patrimonio.

Piden «la inclusión de un inventario completo y actualizado del conjunto de edificios, instalaciones y labores mineras de Fontao en el PXOM». Respaldando las alegaciones están organismos de referencia como Ticcih-España (Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial) o Buxa (Asociación Galega del Patrimonio Industrial).

La pelota está ahora en manos del gobierno cruceño, que deberá decir si mantiene o no la «desprotección» denunciada, y en manos de lo que recojan los informes sectoriales pendientes como el de Patrimonio.

El «Far West» del Deza

El movimiento busca la protección a la espera de tiempos políticos y económicos apropiados para hacer el parque y evitar que una piqueta o el deterioro pueda llevarse por delante instalaciones emblemáticas y un paisaje industrial único y, con él, la historia de un espacio activo entre 1886 y 1974, que además del mineral extraído dejó la memoria del wólfram y del estaño, del trabajo y de la represión, de la riqueza y del despilfarro, y fue referente como Far West dezano.

La mina es propiedad privada del Grupo GCL, de la familia Cort, con concesión de derechos hasta el año 2067. Son dos concesiones a una de las empresas del grupo, Oberón SA, las que albergan el patrimonio a proteger: Sidón, con 18 hectáreas, y Sidón Pequeña, con 6 hectáreas. Las concesiones datan, respectivamente, para wolframio y estaño, de 1888 y 1893, y están agotadas.

La ebullición social proteccionista estaba solapando un hecho que da un vuelco completo a la situación del proyecto del parque cautivo por los prolongados derechos. La Consellería de Economía e Industria remitió un requerimiento a la empresa, en febrero, reclamándole que «de non cumplir con determinadas obrigas no prazo de seis meses e reiniciar os traballos se procederá á caducidade dos dereitos que ten na zona». Industria dice que es un «procedemento habitual» y enmarcado en el constante trabajo de ordenación de los derechos históricos. Procede, tras análisis y revisiones, a dar caducidad, entre otros, a «aqueles que non estaban sendo utilizados» que es el caso de Fontao para el Gobierno autonómico.

Este procedimiento administrativo cambia los tiempos en Fontao. Si caducan los derechos, porque volver a explotarla parece una utopía, la empresa deberá hacer un plan de cierre de la mina. Habrá costes elevados. El escenario será propicio para una negociación en condiciones más ventajosas para la administración para hacerse con ese espacio. Y a eso es a lo que se agarra el propio alcalde cruceño, Jesús Otero, a la hora de dilatar la protección de la mina. Asegura que «farei o que indiquen os técnicos, eu son político» y prefiere no poner más elementos de distancia con la empresa concesionaria para favorecer las negociones que cree que debe canalizar la Xunta, porque Cruces «non está en condicións de afrontar económicamente» el proyecto do parque temático. Valora que cuando la Xunta estime que tiene recursos será momento de sectorizar y proteger el espacio. Considera que el movimiento social refuerza su petición histórica del parque minero y ya no la puede ver la Administración como «un capricho de alcalde».

Por contra, Diego Casal reitera que el regidor debe rectificar, y que proteger ese patrimonio refuerza la negociación. Es una ocasión histórica de poner en valor el espacio que podría no repetirse, sentencia.