Hyundai i20 N: disfrutar conduciendo

MOTOR ON

Sin baterías de litio, sin enchufes, con un motor de cuatro cilindros de gasolina que rinde 204 CV y una preparación específica de chasis, suspensiones, dirección y caja de cambios, además de un diferencial autoblocante, este pequeño deportivo es una delicia.

06 feb 2024 . Actualizado a las 17:04 h.

En una automoción cada vez más electrificada quedan pocos modelos con un carácter deportivo auténtico, con caja de cambios manual, bajo peso y una adaptación específica de chasis y suspensiones. La serie N de Hyundai reúne estas virtudes y hemos tenido la oportunidad de ponernos a los mandos del i20 N, que, a pesar de no tener una potencia descomunal, es capaz de disparar la adrenalina y hacernos disfrutar mucho al volante.

La letra N representa los lugares que son cruciales para el desarrollo de esta gama: Namyang (Corea del Sur), donde está el centro de I+D de Hyundai Motor, y Nürburgring (Alemania), donde los coches se someten a numerosas pruebas.

El i20 N mide 4,08 metros de largo, con una generosa distancia entre ejes de 2,58 metros. Ya exteriormente el coche entra por los ojos, con el techo y los retrovisores pintados en negro,  una línea roja que recorre todo el perímetro de spoilers, pinzas de freno también en rojo —con la N sobreimpresionada—, una parrilla especial y, sobre todo, el precioso alerón que remata el techo, justo encima del portón trasero. La gruesa cola de escape ovalada y los pilotos led traseros en forma de Z completan un conjunto muy atractivo, que se puede pedir en el color Performance Blue, exclusivo de la gama N.

Las sensaciones todavía mejoran más al situarnos en el puesto de conducción, con unos asientos estilo baquet que sujetan muy bien el cuerpo en la banqueta sin agobiar en la zona lumbar y dorsal del respaldo. El volante —pequeño, de aro grueso y con pespuntes en azul claro— y la palanca de cambio —de pomo de bola y con una precisión perfecta al engranar las marchas— son de cuero y tienen un tacto fabuloso. La visibilidad es óptima tanto por el amplio parabrisas como por los retrovisores y la luneta trasera. Hay mucho espacio para las piernas y los pedales son de aluminio; por ponernos un poco quisquillosos, solo pediríamos un acelerador de tabla.

Pulsamos el botón de encendido y automáticamente escuchamos un bramido ronco y seco. El sonido del escape se puede variar en tres niveles (normal, Sport y Sport+), al igual que la entrega de potencia del motor, la fuerza de la dirección y el funcionamiento del control de estabilidad. Hay cuatro modos de conducción prefijados (Eco, Normal, Sport y N) y dos (denominados N Custom 1 y 2) en los que podemos personalizar a nuestro gusto los anteriores parámetros. Dos grandes botones azules en el volante nos dan acceso directo a estos modos. También hay un pulsador rojo que activa o desactiva el igualador de revoluciones, un sistema que ayuda a suavizar las reducciones de marcha dando un toque de gas cuando soltamos el pie del acelerador.

El cuadro de instrumentos y la pantalla multifunción del salpicadero tienen vistas que dan abundante información sobre la temperatura del motor, del aceite, la presión del turbo, el par, el nivel de la frenada y las fuerzas G. Para redondear este compendio tecnológico, disponemos de un cronómetro de tiempos por vuelta y un programa Launch Control, para salir desde parado con la máxima aceleración posible y sin que las ruedas delanteras patinen.

El motor es un 1.6 de cuatro cilindros, que rinde 204 caballos y acelera de forma bastante progresiva. No tiene una gran patada, pero nos permite pasar de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, ayudado por un peso contenido de 1.265 kilos. El par máximo (304 Nm) se obtiene a partir de 2.000 revoluciones y puede estirar hasta las 6.000 vueltas. Al dejar de dar gas, más que un petardeo se escuchan unas bonitas explosiones, lo que contribuye a hacer la conducción todavía más excitante.

El i20 N tiene una profunda preparación respecto a la versión normal que incluye modificaciones en el chasis, reforzado en numerosos puntos, y la suspensión, que recibe nuevas copelas, casquillos y amortiguadores, además de variar el brazo delantero McPherson y contar con una barra estabilizadora más gruesa. La dirección tiene una desmultiplicación más directa y se ha hecho una puesta a punto específica del motor.

El resultado de este trabajo se aprecia cuando ponemos toda la carne en el asador y elegimos el modo N: el coche se sujeta muy bien en las curvas, cubre la trazada milimétricamente y si tenemos que hacer alguna corrección la dirección es rápida y da mucha información de lo que pasa debajo nuestro. La resistencia del volante es fantástica y junto a la caja de cambios manual de seis marchas hacen muy divertida la conducción. Es un coche perfecto para llevar por las carreteras secundarias y sinuosas de Galicia, y además cuenta con un diferencial autoblocante que mejora la tracción a la salida de las curvas.

Por supuesto, la suspensión es dura como una piedra y tendremos que tener cuidado al pasar sobre baches o badenes, pero si lo ponemos en modo normal o Eco se suaviza bastante.

Por 29.990 euros —no hay opciones ni extras, tan solo se puede elegir la pintura—, este Hyundai i20 N es un generador de endorfinas y una fuente de satisfacción que difícilmente proporciona ningún coche eléctrico, por muchos caballos que tenga. Eso sí, el que lo compre debe asumir consumos que pueden superar los 8 litros a los 100 km (la media combinada WLTP son 7 litros, pero ya sabemos que se consigue en condiciones especiales) y tener en cuenta que es un coche que puede llegar a ser incómodo en firmes bacheados o irregulares, como los que últimamente abundan en nuestras carreteras.

El equipamiento incluye asientos y volante calefactables, sensores de párking y cámara de visión trasera, un control de crucero adaptativo con mantenimiento de carril (que funciona de forma suave y efectiva, como en todos los modelos del grupo Hyundai-Kia), equipo de sonido Bose con ocho altavoces, conexión con Android Auto y Apple Car Play, faros led y antinieblas y unas preciosas llantas de aleación negras de 18 pulgadas.