«The Walking Dead» 7x15: Los supervivientes se preparan para la emboscada final

La Voz REDACCIÓN

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Rick y los suyos intentan conseguir todo lo necesario para recuperar su posición en el mundo postapocalíptico

27 mar 2017 . Actualizado a las 19:12 h.

The Walking Dead coge carrerilla en el penúltimo capítulo de su séptima temporada, titulado Algo que necesitan (Something They Need), en el que confluyen tres tramas que llevarán a la aparentemente inminente guerra contra Negan y Los Salvadores.

(Este artículo contiene spoilers del último capítulo emitido, así que si todavía no lo has visto, te recomendamos que no sigas leyendo)

Rick vuelve a demostrar, en este capítulo de The Walking Dead, sus dotes como líder de los suyos. Pero esta cualidad viene acompañada también de una de las decisiones argumentales recurrentes más criticables de la serie de televisión. El protagonista principal de la serie se ha visto obligado a tomar muchas decisiones, la mayoría de ellas completamente faltas de ética. Y, por alguna razón, el resultado siempre parece darle la razón a sus despiadados métodos para conseguir su objetivo.

Si alguien aboga por la no-violencia y él opta por el camino contrario, sucede algo que refuerza la teoría de Rick. Si el camino del exsheriff pasa por liquidar o tomar el control por las malas de una comunidad, pronto queda claro que ese grupo humano habría quedado extinto de no ser por él.

El problema con esto es que, en la mayor parte de las ocasiones, su éxito en cada campaña tiene tanto de estrategia e intuición por su parte como de la más absoluta suerte. Todos los astros se alinean para que el muchas veces déspota y violento líder se salga con la suya y tire por tierra cualquier opinión contraria a la suya. Y eso no le hace ningún bien al personaje, ya que es en los errores en los que se construye la complejidad de las personas.

El caso del nuevo capítulo de The Walking Dead nos trae de nuevo esta sensación, aunque se vea contrarrestada por insuflar algo de acción que la trama tanto necesitaba, después de toda una segunda mitad de temporada bastante sosa.

Tara le habla a Rick sobre la existencia de Oceanside, una comunidad de mujeres que huyeron del control de Negan y cuentan con un amplio arsenal de armas. Y el líder de Alexandría, como venía siendo habitual de él en otras épocas previas, se lanza a tomar el pueblo cerca del mar por las malas.

Los habitantes de Alexandría toman la nueva comunidad a punta de pistola, consiguen el arsenal necesario para lograr el apoyo del pueblo del vertedero, y, al mismo tiempo, convencen a algunas de las habitantes de Oceanside para unirse a su causa contra Negan.

Todo perfecto, salvo que The Walking Dead deja pasar una vez más el momento de hacer a Rick un personaje más oscuro psicológicamente y con tantas luces como sombras, al no cuestionar narrativamente sus en el fondo despiadadas acciones.

A varias bandas

No pasa lo mismo con Negan, al que los guionistas realzan, a veces excesivamente, sus evidentes contradicciones internas.

A pesar de su violenta forma de gobernar, y de lo despiadados de sus métodos de abusón, el más reciente villano de The Walking Dead se rige por un código que en muchas ocasiones entra en conflicto con sus Salvadores.

No es que se pueda considerar a Negan, en ningún caso, un héroe por evitar que Sasha sea víctima de una violación por parte de uno de sus carceleros. Más que nada, porque el villano utiliza en su favor el intento de asalto sexual para intentar convencer a la chica de unirse a los suyos. Pero al menos sirve para hacer mucho más tridimensional el personaje y mucho más ambiguos sus métodos. A pesar de ser su prisionera y de manipular sus emociones, puede demostrar un respeto hacia ella.

Después está el caso de Eugene, al que todavía cuesta saber qué deparará como personaje. El falso científico e ingeniero parece estar integrándose cada vez más con Los Salvadores. Es fácil entender las motivaciones cobardes de Eugene para seguir con el grupo de Negan ya que, por una parte consigue su principal objetivo en la vida, el de usar a otros para sobrevivir; y, por otra, logra sentirse parte indispensable de una comunidad, en la que es alguien reconocido entre los demás.

De momento, no tiene mucho que temer, ya que aún se puede redimir y todavía no ha sido el responsable directo ni indirecto de la muerte de ninguno de los protagonistas. Así que ahora queda por ver cómo evoluciona este ambiguo personaje de The Walking Dead.

No es el único en una posición dudosa. Lo mismo, aunque en sentido contrario, se puede decir de Dwight, que se revela como la sombra que asustaba a Rosita en el final del capítulo anterior. Aunque resulta impensable que la chica no decida matarlo en el acto, después de cómo la había tratado durante la visita a Alexandría, al menos consigue doblegarlo y sacarle un atisbo de traición.

La guerra contra Negan ya tiene a todos los bandos. Alexandría, Hilltop, parte de Oceanside y la panda de carroñeros se van a lanzar al enfrentamiento directo contra Los Salvadores. Y algunas piezas sueltas, como Eugene y Dwight serán las que consigan darle más interés al asunto.

Esta batalla a lo bestia, uno de los arcos argumentales más queridos en los cómics conocido como Guerra sin cuartel, parece que será todavía más numerosa y apoteósica que su versión en viñetas. Pero, ¿habrá que esperar al inicio de la próxima temporada para ver su desenlace? Todo parece indicar que sí.