«Juego de Tronos» 6x05: La puerta que cambió el curso de la serie

La Voz REDACCIÓN

INFORMACIÓN

La serie de la HBO suma un nuevo momento traumático explicando el inicio y el fin de uno de los personajes más queridos y entrañables

24 may 2016 . Actualizado a las 18:09 h.

Juego de Tronos añade un nuevo trauma a sus espectadores, después de emitir uno de sus capítulos más devastadores en mucho tiempo. Y cuando menos se esperaba. El quinto capítulo de la sexta temporada, titulado The Door (y traducido, para sorpresa de muchos antes de su emisión, como El Portón), no tiene desperdicio. Desde sus inquietantes revelaciones del pasado al impactante final de uno de los personajes más queridos de la serie, el episodio no desaprovecha ninguno de sus densos 50 minutos.

(Este artículo contiene spoilers del quinto capítulo de la sexta temporada. Si no lo has visto, no sigas leyendo)

El inicio y el fin de Hodor

El misterio de por qué Willys se convirtió en Hodor ha salido por fin a la luz. Si hace solo un par de capítulos de Juego de Tronos nos enterábamos a través de esas «visiones» de Bran que son en realidad viajes en el tiempo que, de joven, el gigantón mantenía conversaciones perfectas, ahora nos enteramos por fin cuál fue el momento en el que empezó a decir solamente Hodor.

La escena, producto de una desconcertante paradoja temporal, pasa inmediatamente a formar parte por derecho propio de los grandes momentos de la serie por inesperada y compleja. Cuando parece que Juego de Tronos ya ha perdido la capacidad de sorprendernos, el giro narrativo de la historia de Hodor viene a desmentir nuestros prejuicios.

El principio y el fin de Hodor se producen simultáneamente y las palabras que Willys no podrá dejar de repetir a lo largo de su vida son, en realidad, una deturpación de una orden de vital importancia para salvar a quien protege con su vida, Bran Stark. El «Hold de door» de Meera, todo un reto para los dobladores españoles, se acaba convirtiendo en lo único que podrá decir el joven en lo que le queda de vida.

Willys empieza a decir solo su consabida frase justo en el mismo instante y por la misma razón por la que su yo futuro fallece por el ataque de los terroríficos Caminantes Blancos. Una paradoja descorazonadora que nos hace lamentarnos por el sino del desdichado Hodor, que hace el mayor sacrificio doble (la pérdida de su raciocinio desde su niñez y su muerte) que se ha producido hasta el momento en la lucha contra las fuerzas malignas del otro lado del Muro.

Lo que Hodor dijo de Hodor

Tras el impactante final del último episodio de Juego de Tronos, Kristian Nairn, el actor que da vida a Hodor, compartió un emotivo vídeo en el que comparte con sus seguidores las emociones del final de su personaje en la serie. «Cuando me entregaron el guión de la sexta temporada, a pesar de que recibí una llamada y ya sabía lo que iba a suceder,  fue una escena difícil de leer porque es un personaje adorable. Adoro a Hodor, lo amo hasta la muerte. Especialmente porque pensé que se convertiría en una especie de rey. Pero me gustó que él se sacrificara por sus amigos».

Isaac Hempstead-Wright, el actor que interpreta a Bran Stark en Juego de Tronos, no se queda atrás y explica también lo difícil que fue para él aceptar la última escena de Hodor. 

«Es mortificante, es tan triste. Es el único personaje de Juego de Tronos que no tiene ningún tipo de conversación. Quiero decir, él solo dice Hodor, Hodor, Hodor. Así que el hecho de que el muera es el último giro del cuchillo. En verdad es un gran personaje que no se merecía nada de esto. Ha pasado por muy malos momentos, porque él solo era un niño común y hablador que de alguna manera fue dañado por Bran».

Los viajes astrales de Bran

En un capítulo claramente dominado por el apellido Stark, la antaño aburrida historia de Bran se convierte en la nueva entrega de Juego de Tronos en el principal foco de interés. No solo por la mencionada historia circular de Willys/Hodor, sino también por la cantidad de revelaciones que conocemos en su estancia en el arciano.

Aunque al chaval el Cuervo de Tres Ojos le dice una y otra vez que debe ser cauto, está claro que le ha cogido el gusto a sus viajes y a la posibilidad de intervenir en el pasado.

De la mano de Bran Stark somos partícipes de la creación de los Caminantes Blancos. Los Niños del Bosque, las criaturas autóctonas de Poniente junto a otros como los gigantes, se veían amenazados por los humanos que habían llegado de Essos hace miles de años. Los hombres se dedicaban a masacrarlos, a exterminarlos, a talar sus árboles sagrados (los humanizados arcianos) y a acabar con sus recursos naturales.

Los diminutos habitantes de la región crean, entonces, al primer Caminante Blanco como protección, que es en realidad un ser humano al que le clavan, entre el tronco de un arciano, un afilado bloque de rocadragón (u obsidiana).

La historia, como todas las que va descubriendo Bran a cuentagotas en Juego de Tronos, está todavía incompleta, pero parece que a los Niños del Bosque se les acabó yendo bastante de las manos su ejército contra los hombres.

La amenaza de los Caminantes

Cualquier fan de Juego de Tronos siente un escalofrío al ver a los temibles Caminantes Blancos. Pero nunca habían sido tan amenazadores como en la ya mítica batalla de Casa Austera en la temporada anterior.

En un viaje astral sin supervisión, Bran Stark aparece en mitad de un ejército de estos inhumanos y fríos guerreros. Pero uno de ellos es capaz de sentirlo y de agarrarlo con su frío tacto. Ahora, saben dónde está el joven y ya pueden acceder a las raíces del arciano. Ha llegado el lugar de reemplazar al Cuervo de los Tres Ojos.

El anciano aprovecha, no por casualidad, para hacer un último paseo por el pasado con Bran exactamente en el momento en el que los Caminantes se disponen a invadir el lugar. El mentor del joven Stark ha puesto todas las piezas en el tablero para que la historia suceda como debe.

La ayuda conjunta de Hodor, el lobo huargo Verano, Meera y los Niños del Bosque acaban salvando a Bran y completando el puzzle necesario, en teoría, para poder vencer a los Caminantes Blancos de cara al final de Juego de Tronos.

La escena, que convirtió momentáneamente Juego de Tronos en un The Walking Dead rabioso, hizo temer por la muerte de cualquiera de los personajes que se hospedaban en las raíces del poderoso arciano. Como termitas o ratas, los cientos de muertos devueltos a la vida acaban con todos los Niños del Bosque, con el dulce Verano, que deja en cuadro la cantidad de lobos huargos de los Stark en la serie y, por supuesto, con el pobre de Hodor. Mientras, los líderes acaban con el Cuervo de Tres Ojos para siempre.

La nueva Sansa

La joven Stark ha sufrido lo suyo en Juego de Tronos. Y Meñique tiene buena culpa de ello. La ayudó a salir de unos degenerados para meterla en la alcoba de otro casi peor, como ella le recuerda.

Sansa es de las pocas personas que le ha plantado cara a Petyr Baelish. Sin ironía, sin medias tintas ni dobles sentidos, la chica le lanza un duro reproche a Meñique y rompe relaciones con él.

A cambio, él le da una información valiosa: su tío Brynden Tully, el Pez Negro, sigue vivo y ha vuelto a tomar el control de Aguasdulces.

Sansa y su hermanastro Jon Snow comienzan a ver esperanzas para su lucha contra Ramsay Bolton. Y es a Brienne a la que envían como mediadora con el noble Brynden, que seguramente se unirá a la lucha de los Stark contra el Bolton. No hay que olvidar que el padre del depravado Ramsay fue el que, con su traición, acabó con la vida de la sobrina de Brynden y el hijo de esta y con el rapto de su sobrino.

Nos espera una buena temporada de estrategias bélicas.

Eso sí, el hecho de que sea Brienne la que se vaya a buscar al Pez Negro, ¿acabará con el prometedor romance entre la guerrera y el Salvaje Tormund? La que ya es la historia de amor más comentada de las redes no puede acabar así.

El teatro bufo de Braavos

Arya, que nos tiene un poco cansados en Juego de Tronos con sus peleas con palos y con la oscuridad de las paredes del Templo de los Hombres Sin Rostro, tiene una misión entre el populacho.

Y, al menos, consigue evadirnos de su ya cansina trama que no hace más que dar palos de ciego. Su misión es acabar con la vida de una actriz y, seguro que no por casualidad, tiene que asistir a la obra de teatro en la que cuentan los últimos días de la vida de su padre.

Eso sí, la historia se cuenta con una caracterización de los personajes muy diferente a la que nosotros mismos hemos presenciado, en la que Joffrey es un pobre chaval que perdió a su padre y Ned Stark un oportunista que aprovecha el caos para medrar.

El paralelismo de la escena con la realidad ficticia de Juego de Tronos, en la que Arya está situada de nuevo entre el público presenciando la muerte de su pobre padre, es un ejercicio metalingüístico y autorreferencial que no tiene desperdicio.

Ser Jorah Psoriagris

El pobre Jorah se sincera por completo en este capítulo de Juego de Tronos con su adorada khaleesi. No solo le confiesa su profundo amor, sino que además le cuenta su oculto secreto: está afectado por la soriagris, que acabará convirtiéndolo en un perturbado Hombre de Piedra.

VER MÁS: La ardiente venganza de Daenerys

Jorah Mormont se rinde y se autoimpone, de nuevo, el exilio para no poner en peligro a su amada. Pero Daenerys ejerce su posición dominante y le obliga, entre lágrimas, a regresar con ella y buscar un antídoto a su poco esperanzadora enfermedad. Pocas veces ha estado tan conmovedora la khaleesi en Juego de Tronos.

Las elecciones de las Islas del Hierro

Juego de Tronos ha vuelto a traer a primera línea a las Islas de Hierro con su asamblea de la sucesión, pero algo desdibujada con respecto a las novelas de George R. R. Martin. Lo que allí era un verdadero espectáculo turbulento y se convertía en la escena más intensa de las sucedidas en el hogar de los Greyjoy aquí queda como un mero trámite.

A cambio, la serie nos agasaja con algo que no sucede en los libros: La emotiva defensa de Theon Greyjoy de las cualidades de su hermana Yara.

La asamblea, sin embargo, no acaba nada bien para los descendientes de Balon Greyjoy, que se ven obligados a huir por miedo a las represalias de su temible tío Euron.