La prohibición de consumir la del grifo por los altos niveles de un producto químico afecta a 150.000 residentes. Se espera que el problema se resuelva mañana
17 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La restricción sobre el consumo de agua potable que sufren desde ayer cinco municipios de la comarca de Ferrol ha obligado a los ayuntamientos a tomar la decisión de adquirir grandes cantidades de agua embotellada para repartir entre la población. Ferrol, Narón, Fene, Mugardos y Ares aguardan poder distribuir botellas desde primera hora de esta tarde en los ayuntamientos, después de que por la mañana se mantenga una reunión con una firma envasadora de agua mineral para establecer las condiciones y cantidades. El reparto gratuito de agua, detalló el alcalde ferrolano, Jorge Suárez, se realizará priorizando su distribución a personas necesitadas y abasteciendo dependencias municipales, entes públicos y entidades sociales, tomando como lugares preferentes centros sanitarios y los campamentos de verano para niños. Pero además, se contactará con las superficies comerciales para que refuercen el suministro para cubrir el incremento de demanda. «Se hai dificultades, daremos acceso tamén ao auga que teremos aquí», precisó.
Fue la decisión tomada en la segunda minicumbre de alcaldes de una jornada que ayer ponía patas arriba la comarca. Los alrededor de 150.000 habitantes que suman los ayuntamientos afectados no pueden consumir el agua que sale por el grifo. Ni beberla ni usarla para cocinar, ni siquiera hervida.
El alcalde de Ferrol responsabilizó en parte a la Xunta de la alarma generada en la zona. Considera que no comunicó con suficiente antelación el incumplimiento de los parámetros, a pesar de conocerlo desde hace días. Y criticó la «incomparecencia» de la Consellería de Sanidade en esta crisis que, defiende, «excede as nosas competencias». De hecho, advirtió de que una vez que se solucione, exigirá las responsabilidades oportunas.
Llamadas entrecruzadas
Suárez llamó al presidente de la Xunta para solicitar colaboración, pero este no le cogió. «Aínda estou agardando que me devolva a chamada», criticaba ante los medios. Pero poco después el presidente telefoneó y le transmitió ser consciente de la gravedad de la situación, comprometiéndose ayudar en lo posible. La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas emplazó al Concello a actuar en la estación de tratamiento para restablecer la normalidad y señaló que se trata de un incumplimiento «puntual». El PP criticó que el gobierno local no hubiese tomado medidas antes pese a ser conocedor, aseguró su portavoz, Miguel Tellado, de la situación desde el martes, a través de un escrito por registro. Jorge Suárez rebatió que se trataba de una comunicación de Sanidade a Emafesa, distinta a la obligación de restringir el consumo, una noticia que todos los ayuntamientos afectados conocieron por primera vez ayer primero por teléfono y después por fax.
Posibilidad de intervención
Lo previsible es que la situación no se prolongue más allá de mañana. Pero si lo hiciese, Ferrol no descarta recurrir al abastecimiento a través de camiones aljibe y de la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME). La posibilidad de intervención se anunciaba por la mañana, aunque a lo largo del día perdía fuerza. Al mediodía se iniciaron gestiones con una empresa del sector lácteo para hacerse con camiones cisternas preparados para poder transportar agua potable en condiciones idóneas. Pero después de la reunión entre alcaldes, Emafesa y Augas de Galicia se optó por comprar agua embotellada y se descartó, por el momento. Entre otras cuestiones, por razones de tiempo: los camiones servirían para llenar los depósitos, pero el agua debería circular igualmente por la red de abastecimiento, que debería ser previamente vaciada lo que supondría una solución demasiado lenta.
La crisis ha desencadenado una oleada de solidaridad intermunicipal. Desde al menos cuatro ayuntamientos llegaron ofrecimientos de medios y abastecimiento potable a los concellos afectados. En la comarca lo hicieron Neda, Valdoviño y Pontedeume. Y desde un poco más lejos lo hizo A Coruña.
Concentraciones anómalas en el agua desde hace 18 días
La alarma cundía ayer a media mañana, colapsando centralitas telefónicas y desabasteciendo los supermercados de botellas y garrafas. Todo por la detección de un compuesto químico que rebasaba los niveles permitidos en el agua de la traída. Es el triahalometano, un subproducto de la cloración que se aplica para la desinfección del agua. Y aunque ayer se llamaba a la «calma» y se aseguraba que «non hai ningún tipo de risco para a saúde pública» aunque se haya bebido, la Xunta notificaba a los ayuntamientos que restringiesen su utilización a usos que excluyan su consumo: solo se puede usar para limpieza e higiene.
Según los expertos, el compuesto solo tendría efectos perjudiciales sobre la salud de las personas con un consumo masivo y muy continuado en el tiempo, durante varias décadas. Y siempre con una concentración muy superior a la detectada en la red potable de Ferrol estos días. El pasado 29 de junio se detectó en uno de los puntos de Caranza donde habitualmente se toman las muestras un valor de 168 microgramos por litro. El límite está en cien, y por ello se realizaron nuevas pruebas de contraste.
En la comunicación enviada ayer a los ayuntamientos, la Xunta recogía que los pasados 6 y 13 de julio se mantenía el incumplimiento de los parámetros estipulados y por eso instaba a los concellos afectados a poner en marcha medidas para restringir el uso del agua de la traída hasta rebajar los niveles de trihalometano.
Toma de nuevas muestras
Ayer se tomaron nuevas muestras en Ferrol, Ares y Mugardos, cuyos resultados se conocerán hoy. Desde el Concello y la empresa que gestiona el agua en Ferrol, Emafesa, se confía en que la situación se pueda normalizar mañana, en «menos de 48 horas» después de la prohibición. Se basan en la evolución descendente de los resultados de las pruebas en las últimas semanas -nueve diarias en varios puntos de la ría-, que hace dos días situaba el nivel en 101 microgramos por litro. De hecho, Emafesa aplica desde hace días un tratamiento con dióxido de cloro para controlar la situación.