La «abuela» del municipio de Vila de Cruces celebró ayer el día de su cumpleaños con canciones y mucha alegría
22 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Celsa Souto García cumplió ayer 104 años, lo que la convierte en la «abuela» de Vila de Cruces. Ayer por la mañana recibía la visita del alcalde, Jesús Otero y de la edil, Beatriz Iglesias, que acudieron a felicitarla y a entregarle un obsequio. En su compañía se tomó un vasito de vino casi de penalti y les cantó alguna pieza, acompañada de palmas. Y es que pese a su edad, Celsa Souto, mantiene su sentido del humor y su alegría.
Cuentan sus familiares que «sempre foi unha muller moi divertida, e moi activa». Lo que no le gusta es estar sola y ayer por la tarde, contaba su familia, «Botouse a chorar» y cuando le preguntaron si sabía cuantos años cumplía apuntó que «pasa ben dos 50». Por la noche, la familia tenía prevista la visita de unos amigos y la celebración de una pequeña fiesta.
Aunque ahora sale poco, comentan « a ela lle gusta moito salir e prepararse». Celsa Souto está soltera y vive con la familia de su sobrino y la de su sobrinonieto en Pinlle, en la parroquia de Brandariz.
Con los años ya va necesitando ayuda para algunas cosas, pero aún se vale por sí misma y de aspecto está como una rosa. Nadie que la vea le echaría los años que tiene.
En la actualidad es la única centenaria del municipio de Vila de Cruces, aunque este año entrarán en el club de los cien otras tres personas del concello cruceño. Ayer Celsa Souto pudo soplar las velas de la tarta y celebrar sus 104 años, algo que no está al alcance de cualquiera.
Celsa Souto fue costurera y calcetó durante cuarenta años. En uno de sus cumpleaños, hace unos años, recordaba que «cotizara» y su sobrino apuntaba una de sus aficiones: la de la ver los toros en la televisión.
Nacida el 21 de marzo de 1900, a Celsa Souto le sigue gustando vestir de colores y reniega de la ropa oscura. Lo que más le gusta es estar en compañía y charlar, algo de lo que pudieron dar fe tanto el regidor como la edil que se hacían eco de su energía, aunque los años se vayan notando y más de una año para otro a esta edad, de su sentido del humor y de su alegría que plasmó amenizando la visita a los munícipes con algunas piezas. Y es que la ocasión lo requería. Desde aquí nuestra felicitación.