El misterio envuelve el mito Michael Schumacher, diez años entre nieblas tras su grave accidente

David Sánchez de Castro

DEPORTES

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

El 29 de diciembre del 2013, un accidente de esquí mandaba al ostracismo al que hasta entonces era el piloto más exitoso de la historia de la fórmula 1 y una década después su estado sigue siendo incierto

29 dic 2023 . Actualizado a las 10:56 h.

Cuando se piensa en los grandes deportistas en general de la historia, vienen siempre los nombres comunes: Michael Phelps, Michael Jordan, Rafa Nadal, Valentino Rossi, Diego Armando Maradona. Titanes en sus disciplinas que, cada uno con su historia particular, rompieron moldes en su carrera deportiva para ocupar su mesa en el Olimpo de los dioses de las competiciones. Todos ellos gozaron de su particular momento de gloria y, a excepción del Pelusa, el resto ha tenido o tiene su jubilación (o próxima a ella, caso de Nadal) tranquila y garantizada. Por eso, lo que ocurrió el 29 de diciembre del 2013 en la estación de esquí de Méribel, en los Alpes franceses, golpeó con tanta fuerza al imaginario colectivo.

Michael Schumacher, el siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 y mejor piloto de todos los tiempos (números en mano) hasta el momento, sufrió un aparatoso accidente cuyas circunstancias nunca han quedado del todo claras. Y es que la familia del piloto decidió que no se viera ni una imagen suya. Y así ha sido, más allá de un fugaz plano alejado en el documental que se ha podido ver en Netflix sobre el heptacampeón del mundo, y cuya factura generó muchas dudas. Pasar muy por encima de la época gloriosa de Schumacher en Ferrari fue lo que enfadó a muchos aficionados al automovilismo, pero ver cómo Corinna, la esposa cuyo coraje ha inspirado a tantos otros, o a Gina-María y Mick, los hijos, hablar sobre la figura de semejante titán del automovilismo, ya hace que merezca la pena.

En estos diez años desde aquella broma pesada del destino se ha especulado mucho sobre la situación del 'káiser'. Su vida ha quedado totalmente apartada de los focos y su familia, bajo la atenta mirada de Corinna y con la representante Sabine Kehm como guardiana de la puerta, ha decidido que la foto que todo el mundo tenga en la cabeza sea la del legendario piloto que una vez fue y no la del anciano babeante que ahora, según se puede leer entre líneas de las pocas informaciones y declaraciones que realizan quienes sí pueden visitarle, alarga sus días de vida.

Uno de los que suele visitarle es Jean Todt. El que fuera jefe de la Ferrari de los cinco títulos de Schumacher y posteriormente presidente de la Federación Internacional de Automovilismo le visita prácticamente todos los meses un par de veces. Incluso han llegado a ver carreras de Fórmula 1 juntos, algo que genera un cierto estremecimiento en la mente de todos al imaginarse la escena. Sobre todo porque, según ha declarado Todt varias veces, Michael sí reacciona cuando ve y escucha lo que fue su reino durante casi dos décadas.

Legado y refugio mallorquín

La familia Schumacher vive por y para el cuidado del titán de la familia. La fundación 'Keep Fighting' (sigue luchando) es toda una declaración de intenciones pero también un intento de que las arcas económicas y la ingente cuenta bancaria que tienen no se vaya por el desagüe de los cuidados médicos que necesita. Corinna no ha escatimado en gastos, y la mansión a orillas del lago Leman, en Suiza, como el caro hospital de Grénoble (Francia) donde le trataron en los primeros años tras el accidente y ahora la residencia familiar en Andratx, en Mallorca, es un auténtico hospital, con un ejército de enfermeras y doctores dedicados en cuerpo y alma a alargar la vida de Michael.

Aunque no es la mejor manera de entenderlo, ya que como se ha comentado el documental no cuenta ni un tercio de lo que supone la figura de Michael Schumacher, sí es muy útil para escuchar por primera vez a la familia y entender cuál es el legado real del 'káiser'. Incluso ahora, en el estado incierto en el que está, sigue siendo una inspiración para todos, empezando para su hijo, cuyo intento por seguir la carrera de su padre en Fórmula 1 le llevó a pilotar para Haas con estrepitoso resultado y actualmente se encuentra fuera del gran circo e intentando aferrarse al automovilismo por la vía del Mundial de resistencia y las 24 horas de Le Mans.

En este sentido, desgarra el alma escuchar y ver a Mick, cuyo parecido con su padre pone la piel de gallina, hablar de él. «Cuando pienso en el pasado, las imágenes que me vienen a la mente son de los cuatro pasándolo bien. Veo imágenes nuestras conduciendo un kart por el campo, veo imágenes nuestras paseando en un carruaje tirado por un poni, muchos momentos que recuerdo con alegría. Ahora nos entenderíamos de otra forma, creo que hablaríamos un lenguaje muy similar, el del automovilismo, y tendríamos mucho de qué hablar. Y eso es lo que no dejo de pensar. Pienso en lo genial que sería, que hubiera sido. Daría cualquier cosa por tener eso», señala al final de ese documental.

Quizá el mayor éxito que ha logrado la familia Schumacher es que su legado sea, precisamente, el que dejó antes del accidente. Lo resume Mick en ese metraje: «Cuando lo miro, pienso que así es como quiero ser: fuerte y sereno». Esa fortaleza y serenidad es la mayor inspiración, y posiblemente el mayor logro, que dejará para la historia el que, una vez, pugnó por ser el deportista más grande de todos los tiempos.