Emden, un club romántico del fútbol sala coruñés en ascenso

DEPORTES

MIGUEL MIRAMONTES

Nació hace cuatro años, como tributo a un histórico del balompié herculino, y ya se ha convertido en el tercer equipo de la ciudad

28 jul 2023 . Actualizado a las 10:10 h.

La historia del Emden de fútbol sala podría ser la de muchos padres que un buen día ven cómo sus hijos deportistas van cumpliendo años, cambiando de categorías y llegan a no encontrar su sitio. Esa estampa la vio rápido Juan Luis Rodríguez Cudeiro, un vecino de Monte Alto padre de un joven del Sporting Coruñés al que le sucedía algo parecido. A él y a sus compañeros de equipo. Pasaban de cadetes a jugar en el juvenil B, una opción que no les atraía. Ante esta situación, el progenitor hizo bueno aquello de a grandes males, grandes soluciones. Se lio la manta a la cabeza y les propuso montar un club de fútbol sala. Solo han pasado cuatro años y ese equipo de chavales es el tercero de la ciudad, después de haber logrado el ascenso a Preferente. Por encima, en Tercera, tiene a tiro al Ventorrillo y al 5 Coruña.

El padre del proyecto recuerda los inicios: «Vi que esta modalidad deportiva era una buena opción y, como querían ir todos juntos, un desembarco así en un club era complicado. Por eso decidí crear uno desde cero. Tengo que decir que fue más sencillo de lo que pensaba, porque conté con el apoyo de la federación gallega de fútbol, principalmente, en las figuras de Víctor Garrote y Pablo Prieto, que nos facilitaron la labor».

Tenía niños, una idea ya de cómo fundar una entidad, pero le faltaba el nombre. Fue entonces cuando se encontró con la historia del Emden, desaparecido equipo de fútbol coruñés que llegó a compartir categoría con el Deportivo el Racing de Ferrol y el Celta un siglo atrás.

Para Cudeiro era un espejo en el que sentía que quería reflejarse y una forma de rendir homenaje a la historia deportiva de la ciudad. Y así renació el Emden. Una idea romántica puesta en marcha con esa misma filosofía.

Pero el proyecto, humilde pues no tenían ni presupuesto, nacía con carencias. Faltaba hasta el entrenador. «Me saqué el curso y me puse a entrenar yo. Así que era presidente y técnico al mismo tiempo. El sueño de muchos dirigentes», bromea.

El fútbol sala de Salesianos

Y desde el banquillo, Rodríguez Cudeiro también apostó por homenajear al pasado. «Yo crecí viendo los míticos partidos de fútbol sala de Salesianos. Era un fútbol sala diferente al de ahora. De jugadores. De hacer uno contra uno. De desbordes. De pasión. De magia. Ahora es más táctico. Así que nosotros saltamos a jugar nuestros primeros partidos sin tener ni idea de fútbol sala. Veníamos del fútbol. Aprendimos las reglas y poco más. Pero ahí creo que estuvo también el secreto de nuestro éxito. Nos costó adaptarnos. Recibimos goleadas. Pero apostamos por un fútbol sala divertido. Como aquel que recuerdo yo de Salesianos. Y ahí desconcertamos a muchos de nuestros rivales, que no han sabido plantarnos cara».

De esta manera, aquel equipo que recibía palizas en su primer año bajo techo, solo necesitó de un ejercicio más para ascender a la Liga Gallega juvenil. Y, en su estreno en esa categoría, llegó a disputar la promoción para subir a la máxima categoría nacional. Al año siguiente, debut en sénior, en Primera Autonómica y ascenso a Preferente, en donde van a por todas.

Ambición

«No renunciamos a nada. Somos un equipo joven, con mucho potencial. Es algo que aprendimos de nuestro patrocinador, el Grupo Ramón García, que partir desde la modestia no limita la consecución de objetivos», asegura el presidente, que recuerda que ocho de los integrantes del equipo continúan desde que se fundó.

Más prudente, a pesar de su juventud, se muestra Dani Rodríguez, el capitán: «La próxima temporada esperemos estar más arriba que abajo, pero hay que ver cómo nos adaptamos. Tendremos enfrente equipos con más recursos. No es fácil», explica.

Así se cuenta la historia de un humilde equipo, con el único respaldo económico de la tienda de maderas Ramón García, y que en apenas cuatro años ha revolucionado el fútbol sala coruñés, sin renunciar a una filosofía valiente y sin complejos.

Los protagonistas

César Cobián (20 años). Portero. Grandes reflejos, decisivo en los mano a mano a los que se ve abocado por el carácter ofensivo del equipo 

Izan González (19). Portero. Todavía en edad juvenil. Apenas participó, pero cuando lo hizo ofreció un excelente tono. Siempre suma en el grupo.

Dani Rodríguez «Japo» (19). Cierre. En ataque ejerce como un base de baloncesto. Esta campaña ha aportado gol (22) y, siempre, asistencias (30). Muy sacrificado en defensa.

Xoel Rodríguez (18). Cierre. Talento infinito y experiencia en el fútbol sala. Juvenil integrado en el equipo gracias al convenio con el Club del Mar, lideró al equipo en partidos decisivos.

Samuel Pérez (19). Cierre. Mucho conocimiento del juego, pero sin continuidad por compromisos laborales.

Dani Rivadulla (19). Ala. Rápido, trabajador en la pista y siempre solidario con el compañero. También es de los que empezó a trabajar y se perdió partidos por ello.

Anxo Carballeira (19). Ala. Un jugador de características defensivas que dio un salto de calidad al aplicar sus condiciones en la presión en campo contrario. Básico para que otros puedan lucir.

Bieito Merelas (20). Ala. Un falso lento. Calidad al servicio del equipo. Cuando está enchufado es imparable.

Óscar Quintás (21). Ala. Uno de los pocos jugadores con experiencia en fútbol sala. Llegó este año y no ha dejado de sumar. Segundo máximo goleador del equipo. Tiene disparo, sabe combinar y si es preciso juega de pívot con solvencia.

Alex Rodríguez (20). Ala. Futbolista decisivo en otras temporadas, la falta de entrenamiento penalizó su rendimiento esta campaña, aún así fue decisivo en algunas citas gracias al cañón de su pierna derecha

Álvaro Gómez «Varito» (19). Ala. Estuvo media temporada lesionado, pero regresó por la puerta grande con cinco goles en la pista de la prisión de Teixeiro. Zurdo, con mucha clase. Dicen que es el favorito del entrenador y aún nadie ha salido a negarlo.

Miguel García (19). Pívot. Máximo goleador con 46 tantos, una media de más de dos por partido. Rápido, fuerte, rematador, sabe jugar de cara y de espaldas a la portería.

Ángel Paulino (18). Pívot. Juvenil con amplias posibilidades de desarrollarse. Buen regateador, sacrificado en defensa. En cuanto mejore el disparo será un jugador importante.

Pablo González «Konko» (20). Pívot. Leyenda del equipo. Una severa sanción le descabalgó de una temporada en la que pocos equipos hubieran podido defenderle en el cuerpo a cuerpo.